Se veía venir
La decisión adoptada por el Gobierno provincial fue maduranda con el tiempo, pero también fue acelerada por ese propio tiempo, por ese contexto que le puso velocidad a un cambio que se pensaba para más adelante, pero que por imperio de la realidad tuvo que adelantarse en su instrumentación.
Si uno repasa los elencos que han acompañado al gobernador Juan Schiaretti a lo largo de sus casi dos gestiones y media, puede decir sin mucho temor a equivocarse que el gobernador no es afecto a producir modificaciones sustanciales, verticales y extemporáneas en sus equipos de colaboradores.
Basta repasar el nombre de varios de los altos funcionarios que están con él desde su primera administración, para coincidir con esta aseveración. Y ni qué decir de las cúpulas policiales.
Schiaretti tuvo sólo dos jefes de Policía, Alejo Paredes y Gustavo Vélez, quienes además venían del mismo destino en la repartición: el Eter.
Este jefe policial que ha dejado de serlo, asumió con la segunda gestión del actual mandatario y si bien aún se está muy cerca del momento de su retiro para hacer un balance en frío, no puede decirse precisamente que Córdoba esté hoy mejor en materia de seguridad que años atrás.
A ello se han sumado hechos que marcaron una ruptura profunda entre una institución que trataba de restañar las heridas que dejó tras el amotinamiento de diciembre de 2013 y una sociedad que veía cada vez con mayores dudas y temores lo que iba surgiendo de las propias filas policiales.
Los casos recientes de Joaquín Paredes y Blas Correas marcaron el punto de inflexión, el de no retorno, el del hastío profundo y el de la irreversabilidad de lo que debía pasar.
Lo de hoy era inevitable. El gobernador hubiese preferido que los cambios se hiciesen cuando este año pandémico dejase paso al 2021. La realidad le marcó la cancha y le aceleró la dinámica.
La historia volvió a mostrar que se cumple aquel viejo axioma que dice que en materia de seguridad los gobiernos tienen todo para perder, que deben contentarse con un empate.
El descabezamiento de la cúpula policial habla por si solo de cuál fue el resultado en la Córdoba de los últimos años.