El pasado jueves 13 de mayo, la Cámara de Diputados abrió el debate en comisión del proyecto para postergar la fecha de las primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO) del 8 de agosto al 12 de septiembre y las elecciones legislativas del 24 de octubre al 14 de noviembre por la segunda ola de coronavirus. Hubo acuerdo con la oposición de Juntos por el Cambio (JxC) y la iniciativa recibió dictamen favorable, con lo cual el oficialismo apunta a lograr la media sanción en el recinto esta semana. Así, la coyuntura impone un repaso de las tendencias de cara a la elección de medio término. El promedio ponderado de las 10 encuestas nacionales más recientes arroja 35% de actitud electoral favorable al Frente de Todos (FdT) vs 48% hacia fuerzas opositoras varias. Cuando se miden los sellos políticos, el promedio ponderado de los últimos 10 estudios arroja 34% para el FdT, 24% para JxC, 3,2% para liberales/libertarios y 2,4% para la izquierda. En este marco, la encuesta más representativa de la serie reciente es la de Clivajes Consultores, que proyecta 37,3% para el oficialismo, casi 29% para JxC, casi 8% para los liberales y 3,2% para la izquierda (gráfico arriba).

Teniendo en cuenta que los comicios legislativos de medio término tienden a presentar comportamientos más fragmentarios de voto que las elecciones ejecutivas, un caudal en torno al 35% del total de votos emitidos podría ser más que suficiente para resultar el espacio más votado del país. Una ventaja en torno a los 10 puntos porcentuales para el FdT sobre JxC sería mayor a la que obtuvo en la presidencial de 2019 (48,24% a 40,28%, 7,96 pp) y sugiere que JxC puede estar cediendo electores en favor de los liberales. En síntesis, un 35% de promedio para el Frente de Todos sin descontar votos en blanco, nulos e impugnados perfila que si la elección de medio término fuera hoy el oficialismo ganaría como primera minoría con alrededor del 40% de los votos válidos positivos. Se trata de un caudal similar al obtenido por Néstor Kirchner en la legislativa de medio término de 2005 en el tramo de diputados nacionales (41,59%) y en el mismo orden de magnitud de los principales triunfos oficialistas en elecciones comparables, con una brecha nítida (en torno a los 10 puntos de ventaja, al menos) sobre la segunda fuerza. Como se observa en el gráfico arriba, desde el retorno de la democracia los oficialismos obtuvieron la primera minoría electoral en 7 de 10 comicios de medio término: las excepciones fueron 1987 y 2001 (ambas con la UCR en el poder) y 1997 (durante la segunda presidencia de Carlos Menem).

Hoy, la ventaja a favor del FdT resulta consistente con la sólida performance que el oficialismo viene mostrando en el distrito de más peso, provincia de Buenos Aires (PBA): el promedio de las encuestas en PBA arroja 36% para el Frente de Todos y 26% para Juntos por el Cambio, una brecha de 10 puntos porcentuales. Existen dos encuestas recientes que permiten aproximarnos a la tendencia, una de CB Consultora que arroja casi 31% para el FdT y 23,5% para JxC (gráfico arriba); aquí, la diferencia se estrecha a 7,2 puntos porcentuales. Otra fue realizada por Reyes Filadoro no en toda PBA sino en el Gran Buenos Aires (GBA), bastión del FDT, que duplica a JxC por 42% a 21% (gráfico abajo).

Esto perfila que PBA volvería a tener un resultado favorable al FdT, como sucedió en las elecciones de medio término del 2005 y la presidencial de 2019. Con 37% de los electores del padrón total, esa tendencia desplaza el interés hacia Córdoba, la segunda provincia de mayor peso (alrededor del 8%) y bastión opositor en los últimos comicios nacionales. Según el promedio de las últimas 10 encuestas, JxC alcanza 27,3% de intención de voto, mientras que el FdT y Hacemos por Córdoba (HxC) rondan el 16%. Así, la encuesta más representativa de la serie es la de consultora Pulso Social, que arroja 25% para JxC, 19% para el FdT y 13% para HxC (gráfico abajo).

Si comparamos estas tendencias con el resultado de la elección de medio término anterior, JxC está muy por debajo (alcanzó 48,5% en 2017), mientras que el FdT mejoraría la elección del Frente Córdoba Ciudadana ese año (9,7%). Es cierto que JxC tiene mucho terreno para crecer, dado que hay un promedio de casi 20% de indecisos. Sin embargo, la presencia de la lista de HxC y de listas “por derecha” (una del movimiento libertario y otra de Encuentro Vecinal) podrían limitar sus chances de repetir una performance en torno al 50% (en 2019 obtuvo 51,3%). Entonces, si bien Córdoba se perfila como un distrito en donde JxC volvería a ganar, no parece en condiciones de compensar la diferencia favorable al FdT en PBA; para más datos, según una reciente encuesta de Consultora Plebs, el 71,5% de los cordobeses que votaron por Alberto Fernández en 2019 votaría una lista del FdT este año (gráfico abajo), lo cual implica un caudal de casi 21%, similar a la performance de esa fuerza en octubre de 2019 (22,3%). En síntesis, aunque JxC se impondría en Córdoba, no es seguro que repita los resultados de las elecciones de 2017-2019 (en torno al 50%), mientras que el FdT se perfila a mejorar el resultado del 2017 y podría acercarse al del 2019.