Un locro que cayó pesado
Un folclórico y tradicional locro de 1º de mayo organizado por un partido político para celebrar con sus militantes terminó en un escandalete y ahora es investigado judicialmente.
El encuentro al que invitó el Frente Cívico en la Sociedad Belgrano -ciudad de Córdoba- sorprendió a los vecinos porque antes del mediodía llegaron al lugar varios camiones del Ejército Argentino, cosa bastante fuera de lo común.
Finalmente, se supo que los militares venían a cumplir un “servicio gastronómico” y que no sería la primera vez que despliegan una tarea de este tipo para esta fuerza, según contaron voceros juecistas.
Lo concreto es que ahora se investiga si hubo delito y el titular de la agrupación, Ernesto Martínez, niega de plano la comisión de cualquier ilícito.
Fuentes del sector relataron que se adquirieron unas 1.500 porciones de locro y se pagó entre 450 y 500 pesos cada una. En trazo grueso, la erogación fue de aproximadamente 750 mil pesos, que fueron solventados por aportes personales de los dirigentes de esa fuerza, siempre de acuerdo a la versión de los juecistas. La tarjeta para asistir a la reunión gastronómica costaba mil pesos. “Cada uno de nosotros compró 10 tarjetas, es decir que aportamos 10 mil pesos y eso quedó por escrito”, relató un informante partidario para explicar de dónde salió el dinero para afrontar el gasto.
Toda esta investigación está en manos del fiscal federal Nº1 de la ciudad de Córdoba, Enrique Senestrari, tras la denuncia presentada por Rafael Ortiz, un abogado jubilado de la Justicia de la Provincia, donde se desempeñó como asesor letrado, entre otros cargos.
La queja sobre este proceder es que el Ejército no habría comunicado esta actividad poco habitual a los altos mandos del Ejército, con lo cual esto tiene un impacto político que va más allá de cualquier broma que se pueda hacer al respecto. Es que el proceder deja mal paradas a las autoridades del Tercer Cuerpo, al jefe del Ejército Guillermo Pereda y al propio ministro de Defensa Jorge Taiana.
Esto se da justo cuando las relaciones entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández atraviesan un momento más que delicado y en el que no hay ningún tipo de contacto. Hoy, entre ambos sólo existen hostilidades y movimientos tendientes a desestabilizar al otro. Las pruebas se pueden encontrar haciendo una recorrida diaria por redes sociales o medios de comunicación industriales. La pelea no cesa.
Sospechas te da la vida
En el plano estrictamente provincial, los juecistas sospechan que detrás de toda esta movida locrera está la mano del kirchnerismo, y concretamente acusan al ultracristinista Oscar Parrili. “Si Luis (Juez) se le para de manos a Cristina, hay que esperar réplicas duras. Y esto del locro fue una especie de carpetazo”, se sinceró un operador del senador nacional cordobés.
La misma fuente reconoció que el Frente Cívico cometió un error al no seguir de cerca los movimientos administrativos que debía dar el Ejército. Es que después de todo esto, hay que preguntarse también por qué el Tercer Cuerpo no dio cuenta de la actividad, si es que así fue realmente. De momento, se guarda un silencio casi ruidoso e imprudente.
¿Es habitual que el Ejército use su experiencia en logística para brindar servicios de catering? ¿Esto lo hace el Ejército o algunos de sus hombres? ¿Quién autoriza esta actividad de los uniformados? ¿Despliegan esto para recolectar fondos que ayuden a paliar el presupuesto?
El locro del 1º de Mayo organizado por el juecismo fue un éxito político porque allí, en la Sociedad Belgrano, Juez sentó a todos sus socios de Juntos por el Cambio. Fue la foto del día, sin dudas. Pero la llegada de los Unimog del Ejército arruinaron la imagen de unidad y cordialidad que se veía.