Billetera mata galán, por Eduardo Bocco
El gobernador Juan Schiaretti ratificó lo que viene haciendo desde el 10 de diciembre: desmarcarse de la Casa Rosada. En medio de esta crisis inusitada y que obviamente nada esperaba, el jefe de El Panal decidió desandar el camino por una senda diferente a las del presidente Alberto Fernández.
El jueves, Schiaretti evitó sentarse con los opositores y puso al frente del convite oficial al vicegobernador Manuel Calvo y al ministro de Gobierno, Facundo Torres. Pero como 2 más dos sigue siendo cuatro incluso en las ciencias sociales, la oposición se dio por ninguneada y decidió no asistir al convite.
En cambio, el intendente de Córdoba y soldado schiarettista, Martín Llaryora, sí le abrió las puertas a los opositores de la ciudad. Imitó al presidente Fernández.
En el Palacio 6 de Julio –según reconocieron dos fuentes de la Municipalidad de Capital- bailaban en una pata hace unos días porque están convencidos de que la Casa Rosada oirá el respaldo de Córdoba y destrabará un monto importante para hacer frente a la crisis. Se habla de una autorización a tomar un crédito por unos mil millones de pesos, que seguramente luego afrontará el Estado nacional.
El jueves pasado, en una nota que concedió a Canal 10, Llaryora elogió expresamente a Alberto F., especialmente en lo que hace a la contención social que sus mensajes despliegan.
En el entorno del jefe del Estado le bajan el precio a la probable decisión. “Estamos ayudando a todos los municipios y a las provincias”, aseguró una voz del Ministerio de Economía.
La inédita crisis que desató la llegada del coronavirus al país sorprendió a todos, y los gobernantes no son la excepción a esto que pasa hoy en la Argentina.
La salida hoy es lejana y tanto la provincia como el municipio diseñan su plan de acción para “los días bravos”, según las palabras de un hombre del entorno inmediato del gobernador.
Entre mayo y junio se producirán los picos máximos de la infección, según indicó el viceintendente Daniel Passerini a Canal 10, de modo que todo el dinero que ingrese a las arcas municipales serán siempre una buena noticia para las autoridades locales.
Después de este tsunami –posiblemente hacia la primavera, cuando ceda el frío- volverá a hablarse y a contextualizarse en términos de política partidaria.
Antes de las idas al pasto y las dudas que generaron las últimas declaraciones presidenciales, el peronismo –fiel a su historia- se encolumna detrás de Alberto F.
El establishment político imagina un mundo diferente después del vendaval y todos los actores centrales tratan de ubicarse o prepararse para el nuevo desafío.
La conformación de los equipos hoy es inimaginable. Ni en el oficialismo ni mucho menos en la oposición las cartas están destapadas