Un rumor que comenzó a circular en la siesta del martes de una Jesús María que se preparaba para la flexibilización de la cuarentena, tuvo una confirmación oficial que causó preocupación: la declaración de "zona roja", que impide la apertura de nuevas actividades comerciales.

"Un poco ofuscados, así estamos", arrancó diciendo este miércoles el intendente Luis Picat, anticipando que "muchos comerciantes seguramente realizarán un cacerolazo esta noche".

Quien fuera titular de la Sociedad Rural local, hoy dirigente político, cuestionó la decisión ya que "nos habían informado otra cosa el día anterior", y consideró lo ocurrido como "una falta de respeto" ya que "no entendemos la medida".

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TRES LOCALIDADES PIDEN RECUPERAR ACTIVIDADES

Desestimó el argumento de los dos casos que se presentaron en Colonia Caroya porque "los nuevos testeos realizados ya le dieron negativo" y se espera un pronto alto.

Al respecto, sentenció: "La situación ya se contuvo en Colonia Caroya, con quien tenemos una simbiosis especial por la cercanía y el contacto diario. Nosotros no tenemos ningún caso positivo, más allá de contar con un hospital referente de coronavirus. Jesús María hoy se ve condenada, porque la población se portó bien, usando barbijos y con las cuarentenas de viajeros, y ser una zona blanca".

Junto a Sinsacate, anticipó un cónclave de intendentes, donde posiblemente surja la idea de "plantearle al COE central que haya un color intermedio entre el blanco y el rojo".

Picat le dijo a radio Universidad que debería haber otro trato en "ciudades sin circulación comunitaria para que tengan otras posibilidades y podamos debatir esos grises".