Por qué fracasó el 7M
Por Norman Berra, analista de opinión pública
La nula repercusión de la acción opositora convocada ayer bajo la consigna "7M" cumple, por enésima vez, con la idea que el enorme Gabriel García Márquez plasmó en su novela Crónica de una muerte anunciada. Las cifras de adhesión que recogía el presidente Alberto Fernández en el marco de la cuarentena limitaban de antemano las posibilidades de una acción que no acertó ni en el timing ni en las consignas.
El Presidente redondeó el mes de abril con un promedio de 76,1 por ciento de imagen positiva, 16,9 por ciento de regular y 5,6 por ciento de negativa, sobre la base de mediciones representativas del total país. Habiendo transcurrido la primera semana de mayo, si actualizamos el dato con las encuestas realizadas a fines de abril y publicadas al principio de mayo, los nuevos datos dicen que su imagen se sostiene. Según la Universidad de San Andrés, sobre una muestra de 1.015 casos relevados online del 14 al 21 de abril, Fernández tiene una imagen positiva del 70 por ciento versus una negativa del 24 por ciento, lo que arroja un diferencial favorable de 46 puntos porcentuales (ver gráfico arriba). El único dirigente opositor que supera el 50 por ciento de imagen positiva en esa encuesta es el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, que viene trabajando en sintonía con la Nación. Esa actitud lo distingue de los opositores que no tienen responsabilidades de gestión y vienen agitando el levantamiento de la cuarentena.
Por su parte, Circuitos realizó del 23 al 26 de abril una encuesta sobre una muestra de 1.416 casos que abarcó Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y ciudades de más de 10 mil habitantes en 14 provincias. Se relevó de manera telefónica (IVR, con opciones de respuesta pregrabadas), con un error muestral de +/-2,3 por ciento. El 67,6 por ciento de los electores argentinos tiene una imagen positiva del presidente, la regular alcanza 14,3 por ciento, al igual que la negativa, con casi 4% de no sabe (ver gráfico arriba). La calificación de la gestión de gobierno con respecto al coronavirus es aún superior: 70,6 por ciento de positiva, casi 18 por ciento de regular, apenas 10,2 por ciento de negativa y 1,3 por ciento de no sabe (ver gráfico abajo).
En tanto, según Raúl Aragón & Asociados, la gestión de Alberto Fernández frente a la pandemia tiene un 81,1 por ciento de calificación positiva y apenas 14,4 por ciento de calificación negativa, con 4,5 por ciento no sabe/no contesta (ver gráfico abajo). Esta encuesta fue realizada entre el 28 de abril y el 3 de mayo, sobre una muestra de 3 mil casos efectivos relevados de manera telefónica con asistencia de encuestador (CATI). El error muestral es de +/- 1,8 por ciento.
Finalmente, la encuesta online que realizó la consultora Opinaia sobre una muestra de 1.800 casos arrojó un 89 por ciento de evaluación positiva para el presidente. Entre los electores del Frente de Todos el acompañamiento trepa al 97 por ciento (cuasi unanimidad), e incluso entre los votantes de Juntos por el Cambio Alberto Fernández alcanza 77 por ciento de evaluación positiva (ver gráfico abajo). También aparecen con un alto reconocimiento las fuerzas de seguridad y las fuerzas armadas por su actuación en esta coyuntura. En síntesis, más allá de los matices en las metodologías de medición y las categorías de respuesta con que trabajan, el promedio de calificación positiva de la imagen presidencial que arrojan estas 4 mediciones es de 76,9 por ciento, es decir, casi 29 puntos porcentuales por encima del resultado del Frente de Todos el 27-O: 48,24 por ciento.