El Cervecero se fue al descanso con una merecida ventaja a su favor. Con el paso de los minutos empezó a aprovechar las falencias defensivas de su rival y contó con varias ocasiones para abrir el marcador.

La más clara, en los pies de un Federico González que remató al travesaño ante la salida de Gaspár Servio. Sobre el final, el atacante tuvo su ansiada revancha al aprovechar un rebote del arquero dentro del área chica y definir con potencia para establecer el 1-0 parcial. Merecido por lo hecho por el equipo de la Primera Nacional. Y porque enfrente, tuvo un adversario que no pudo hacer pie en ninguna de las facetas del juego.

Pese a que ganó metros en el dominio territorial, Rosario Central mantuvo la misma falta de claridad en los últimos metros durante el complemento. Solo contó con algunas aproximaciones frente a un adversario que pudo haber liquidado el encuentro con dos acciones que no terminaron en festejo por la falta de lucidez en la definición. 

Sin embargo, el desarrollo empezó a volcarse a su favor cuando Agustín Bindella cometió un claro penal que Servio transformó en gol. Todos los aspectos positivos que se había rescatado a favor de Quilmes hasta los 40 minutos del complemento. parecieron desmoronarse. Más aún, con la expulsión de Rodrigo Moreyra por último recurso.