"Confío más en las arañas adivinadoras de Camerún que en lo que dice el ChatGPT"
En Madrid, con la feria ARCO como faro cultural de numerosas actividades complementarias, el artista y arquitecto tucumano residente en Berlín, Tomás Saraceno, adelantó detalles de lo que será su primera exposición en las Serpentine Gallery de Londres, donde se verán sus trabajos realizados en Salinas Grandes, Jujuy, incluido el vuelo más sostenible en la historia humana.
El curador suizo Hans Ulrich Obrist -director artístico de Serpentine- dialogó con Saraceno durante la fría mañana madrileña en la sede de la editorial Ivorypress, en el distrito de Cuatro Caminos, hasta donde llegaron para formar parte de la audiencia numerosos invitados a la feria -donde destaca la presencia argentina-, y así escuchar a dos de las figuras más sobresalientes del arte a nivel mundial: "¿Qué tan temprano en tu carrera tuviste las visiones de ciudades flotantes", lo consultó Ulrich al argentino, sobre sus construcciones modulares que especulan con formas de hábitat alternativas- no sin antes mencionar a su admirado Gyula Kosice, inventor de la Ciudad Hidroespacial (un utópico futuro hábitat).
Entonces, -inspiradoras de la mayor parte de su producción, de las que siempre señala que llevan viviendo en la Tierra 140 millones de años, muchísimo más que los humanos "por lo que tenemos mucho que aprender de ellas"- recordó cuando daba clases en la Facultad de Arquitectura de la UBA e invitó a Kosice a dar una charla para los estudiantes, algo que nunca antes había sucedido: “Los dos conectamos en eso mismo, en poder pensar en los espacios sin las categorizaciones que suelen dar los arquitectos”.
será el título de la gran exposición que inaugura el 1 de junio, la más grande hasta la fecha del artista argentino en el Reino Unido, que además del interior del edificio Serpentine South ocupará los jardines exteriores, conocidos como The Royal Parks.
"Serán alterados los horarios habituales de ingreso, serán apagados los aires acondicionados del lugar expositivo, se invitará al público a apagar sus teléfonos celulares -ya que estamos alertando sobre la extracción de litio, utilizado en las baterías de los teléfonos- y las esculturas interactivas del parque serán también hábitat de aves, insectos, zorros, patos", resume Saraceno (1973), en un diálogo con Télam, mantenido al término de la conferencia en la capital española.
Esta exposición propone -a tono con producciones anteriores del artista- la interconexión entre ecosistemas, una alerta sobre cómo las formas de vida, las tecnologías extractivas y los regímenes energéticos están vinculados a la emergencia climática.
Por eso, Saraceno propone considerar otras perspectivas no humanas, como la de las arañas, su fuente de asombro e inspiración.
Un apartado de la muestra invitará al público a interactuar con la web de las arañas adivinadoras de Somié, Camerún, un antiguo ritual por el cual ciertas arañas, que viven en una suerte de pequeña cueva, cuando salen a la luz, mueven algunas hojas del piso -como una suerte de tarot-, emitiendo "mensajes" que son interpretados por el adivinador, una práctica milenaria.
¿Es escéptico sobre esta técnica, suerte de oráculo?, la consulta que Saraceno responde: “Le creo más a las arañas adivinadoras que a la inteligencia artificial del ChatGTP”.
"Hay que apostar a otros conocimientos", añade el tucumano y recita -esto sucede durante la conferencia en la editorial- una larga lista de proverbios populares, en español, como por ejemplo "Si ves arañas en el suelo, habrá lluvia en el cielo", "abejas revueltas, tempestad a la vuelta", o "balido de carnero, tempestad en el alero", que concibe como bioindicadores: organismos que pueden señalar cambios en el tiempo, el clima, los niveles de contaminación y el bienestar ecológico, "conocimientos que suelen estar integrados en dichos y proverbios populares", detalla.
Según explica Saraceno, una suerte de embajador de la justicia medioambiental, "el 5 por ciento de la población mundial mantiene el 80 por ciento de la biodiversidad de todo el planeta Tierra y ese 5 por ciento incluye a los adivinadores de arañas, a los pueblos de Jujuy, a los pueblos indígenas, a comunidades que mantienen prácticas con la naturaleza que benefician a todo el ecosistema. ¿Por qué no les prestamos más atención? Es un poco volver a esas sabidurías ancestrales", concluye Saraceno.