Consecuencia inesperada por parte de quienes intentaron sacar rédito de ella, la polémica en torno a la adquisición de unas 10 mil réplicas de pene, fabricadas en madera, ha generado una oleada de reacciones que revalorizan su utilidad para la enseñanza de la educación sexual.

Profesionales de distintos rubros remarcaron que los elementos cumplen una importante función para ilustrar el modo correcto para la colocación de preservativos.

Otros tantos han recordado que réplicas similares se han usado desde hace más de una década en distintas jurisdicciones, aún antes de la sanción de la Enseñanza Sexual Integral como ley nacional en el 2006.

"Hay que romper un poco esta farsa que se ha hecho. He escuchado barbaridades. No es un consolador ni nada que se la parezca. Es un elemento tecnológico para la enseñanza de la educación sexual y reproductiva", precisó Mariana Dapuez, docente universitaria en la UNC.

"Todas las personas saben que hay que utilizar preservativo. Pero millones de investigaciones, nacionales e internacionales, demuestran que no se usan. No se usan por mitos, prejuicios, tabúes, machismos, micromachismos sostenidos en este estado patriarcal. Además de la ignorancia respecto a la colocación correcta del preservativo", añadió la magister en Género y Políticas Públicas en Salud Sexual.

En diálogo con el programa Otra Vuelta de Tuerca, de Radio Universidad, Dapuez destacó que los jóvenes están expuestos a mucha desinformación que circula en redes sociales. "Hay mucha cuestión desvirtuada que hasta puede generar vulneración de derechos. Hay muchas situaciones que, si la escuela no pone una palabra científica y confiable, seguiremos con malas prácticas en torno a la salud sexual".