¿Por qué se considera el martes 13 como un día de mala suerte?
La mitología griega y el cristianismo crearon esta supertición que sigue vigente hasta la actualidad.
Gran parte de los países de Latinoamérica y España tienen la supertición que todos los martes 13 son de mala suerte. "En martes 13, ni te cases, ni te embarques, ni de tu casa te apartes", dice el viejo refrán.
Pero, ¿de dónde surge esta creencia? Esta supertición es producto de milenios de historias, creencias y tradiciones que tienen eco hasta el día de hoy.
La primera "pata" de la supertición vienen de los griegos. Según la mitología romana, herededa de los griegos, el martes era el día de homenaje a el dios de la guerra Marte (o Ares en griego). El martes era considerado un día vinculado a la violencia y la destrucción.
Entre los griegos, la supertición se cimentó porque Constantinopla (actual Estambul) cayó dos veces en día martes: el 13 de abril de 1204 durante la Cuarta Cruzada y el 29 de mayo de 1453 durante la conquista Otomana.
Por otro lado, combinado con el día martes, el número 13 es considerado de mala suerte por las culturas occidentales.
Aunque el origen de la supertición no es precisa, la tradición popular sugiere que eran 13 los participantes de la última cena (Jesús y sus doce apóstoles) que terminó con la crucifixión.
En el cristianismo, el capítulo 13 del Apocalipsis de San Juan esté dedicado al Anticristo y la Bestia.
Todas estas creencias terminaron en confluir en esta supertición que sigue repercutiendo en la actualidad.
Viernes 13
En países angloparlantes, el día de mala suerte es el día viernes 13. La tradición cristiana indica que Jesús fue crucificado y murió un día viernes.
Sin embargo, la fecha completa estaría vinculada con el arresto de los Caballeros Templarios un viernes 13 de octubre de 1307. El príncipe Felipe IV de Francia ordenó la detención de estos integrantes de la orden militar encargada de custodiar Jerusalem por corrupción y conductas blasfemas.
El monarca, quien estaba fuertemente endeudado con la orden, ejecutó a varios de sus integrantes y la Iglesia Católica ordenó su disolución.