“Quién iba a decir que esa tarde sería la última vez que íbamos a compartir una risa”
En una emotiva carta publicada en redes sociales, Juanse recordó la noche en que despidió a Blas, cuando salió con sus amigos. “No voy a descansar hasta quien sea culpable pague el precio de sus actos”, agregó.
Cuando faltan pocos días para que se cumpla un mes desde el crimen de Valentino Blas Correas, su hermano Juanse escribió unas sentidas palabras en las que recordó cómo fue aquella tarde en la que lo saludó, sin saber que “no volvería a abrazarlo nunca más”.
“Hace un casi un mes me arrebataron a mi hermanito, mi protegido, mi luz en esta vida oscura. La tarde previa a que no pueda abrazarlo nunca más, me despedí con un abrazo y un “disfruta mucho”; esa noche Blas se iba a un bar con amigos a tomar algo, va tomar algo es un decir, ya que se tomó su característica latita de gaseosa. Quien iba a decir que esa tarde sería la última vez que íbamos a compartir una risa? Que ilógico me resulta pensar que te escribo como si estuvieras leyendo esta carta”.
En el escrito recordó con dolor y emocionado aquella particular despedida y prometió “no descansar hasta quien sea culpable pague el precio de sus actos”.
La carta la publicó en su cuenta de Facebook y fue compartida por su mamá también por redes sociales, la que que agregó: “Que sentido tiene seguir leyendo comentarios absurdos que critican mi pedido de justicia cuando a la mitad de camino y a punto mandar a la mierda a muchos me topo con esto... que orgullo siento por vos hijo mío. Te amo. Y juntos vamos a pelear por la justicia que Blas se merece”.
La carta completa de Juanse
Esta carta no tiene destinatario, o quizás sí, quizás esta carta es para todo aquel que quiera leerla.
Hace un casi un mes me arrebataron a mi hermanito, mi protegido, mi luz en esta vida oscura. La tarde previa a que no pueda abrazarlo nunca más, me despedí con un abrazo y un “disfruta mucho”; esa noche Blas se iba a un bar con amigos a tomar algo, va tomar algo es un decir, ya que se tomó su característica latita de gaseosa. Quien iba a decir que esa tarde sería la última vez que íbamos a compartir una risa? Que ilógico me resulta pensar que te escribo como si estuvieras leyendo esta carta.
Que afortunado fue aquel que te pudo conocer, y que afortunado que fui de conocerte como creo que pocos lo hacían. Haber conocido la mayoría de tus facetas fue de lo más lindo que me paso; conocer a ese cascarrabias hermoso, a ese chico alegre, a ese joven sensible, a ese hermano incondicional y a esa persona tan única que eras. Me cuesta todavía escribirte en pasado, creo que siempre me va costar hacerlo, porque aunque pase el tiempo el dolor no va a abandonar mi ser, vos siempre vas a ser parte de mí. También creo que nos quedó tanto por vivir, y que me va a ser muy difícil vivirlo sin vos.
Nunca fuiste el tipo que le gustaba exteriorizar sus sentimientos, sé que tampoco te gustaba que yo exteriorice los míos para con vos. Fueron pocas las veces que nos hemos dicho un “te quiero”, pero todos veían ese brillo especial en mis ojos cuando hablaba de vos, todos sabían ese hermano protector que era y vos lo sabias mejor que nadie. Por un lado, como ya lo dije, eso me deja tranquilo; el saber que te di todo, y saber que te fuiste sabiendo que te di todo.
Siempre fuimos vos y yo, pelando en privado pero fuertes contra aquel que quisiera lastimar al otro. Hoy no estas y me falta ese pendejo de fierro que me cuide las espaldas, pero te prometo ser fuerte. Siempre lo fui por vos y aunque no estés, paradójicamente creo que tengo que seguir siéndolo por vos.
No voy a descansar hasta quien sea culpable, por acción u omisión, pague el precio de sus actos. Que quien te disparo este donde deba estar, que quienes no te quisieron atender estén donde deban estar, que quienes frenaron a tus amigos y los maltrataron sin ver si seguías con vida estén donde deban estar, que quien no controlo o superviso a los policías que te quitaron la vida estén donde deban estar, que quienes maltrataron a mama de la forma que lo hicieron a minutos de ver a su pollito sin vida estén donde deban estar, que quienes callaron frente a un acto que recae sobre su culpa estén donde deban estar, que quienes no hagan todo lo posible porque esto no se repita estén donde deben estar.
Prometo cuidar siempre de Milagros, de mama, de papa, de todos. Prometo no olvidarte ni descansar en paz hasta que se haga justicia verdadera, hasta que haya un cambio.
Te voy a amar siempre pendejo,
No te voy a olvidar nunca.
Tu hermano, Juan.