“Bicis Robadas Córdoba”, “Bicicletas Robadas en Córdoba” y “Bicicletas Robadas Córdoba” son tres grupos de usuarios de la red social Facebook que no necesitan mayor presentación sobre cuál es el motivo que los agrupa: denuncian y viralizan cada bicicleta robada sobre la que tienen conocimiento y usan el alcance de internet para advertir, alertar y tratar de contrarrestar el auge de los robos.

“Esto es un trabajo ad honorem que hacemos 26 personas, que dedicamos horas a receptar denuncias y a bucear en internet. Hoy tenemos un archivo con más de 2.500 bicicletas robadas, porque el porcentaje de recupero es muy bajo. Lamentablemente no hemos tenido la respuesta adecuada por parte de la Policía y de la Justicia para ajustar los puntos críticos que nosotros les hemos marcado en algunas oportunidades. Lo que más nos asusta es que cada vez son más violentos y cada vez hay más robos de bicicletas en más puntos de la ciudad. Hay zonas críticas, pero esto no quita que en la esquina de tu casa o en pleno Centro te quiten la ‘bici’ a cualquier hora”, dijo Ricardo, uno de sus propulsores, a La Voz del Interior.

El boom por el uso recreativo y laboral de la bicicleta, que era marcado hasta el comienzo de la cuarentena, se multiplicó en muchos hogares ayudado por la suspensión de los deportes colectivos en los primeros meses, que convenció a varios a volcarse al ciclismo. Y fue entonces cuando también se advirtió un marcado crecimiento de los robos de estos rodados, en hogares, estacionadas en la calle, en asaltos callejeros y domiciliarios, radiografía delictiva que se repite en las principales urbes del país.

Los ciclistas, ante la falta de respuestas oficiales, tanto de la Policía como de la Justicia, comenzaron a organizarse por su cuenta. Armaron grupos en las redes sociales para ir marcando las zonas peligrosas y comenzar a viralizar cada caso de bicicleta robada. Incluso, hasta empezaron a hacer su propia estadística de estos robos. Y, claro, avanzaron al paso siguiente: investigar por su cuenta, con los riesgos que eso implica.

“Permanentemente estamos buceando en las redes, en los portales de compra y venta. Muchas bicicletas robadas se ponen a la venta. Cuando las detectamos, nosotros intentamos contactar a la víctima y a la Policía. Los ladrones también piden rescate”, señaló Ricardo.

Las advertencias sobre zonas críticas que lanza el grupo funcionan como preventivo y seguramente han evitado así varios malos momentos. También han logrado recuperar algunos rodados, aunque el porcentaje es muy bajo.

“De 100 que se roban, con suerte aparecen 10, pagando rescate o por un operativo policial. Pero no sabemos adónde va a parar el resto de esas bicicletas. Una investigación en 2019 descubrió que muchas bicicletas eran llevadas al interior o a otras provincias. Les liman los números de cuadros y todos los elementos que cada usuario les agrega para personalizarlas”, contó Ricardo.

Las búsquedas individuales de aquellos que lograron encontrar sus bicicletas en las ofertas de los mercados digitales resumen cómo funciona el sistema al momento de perseguir estos delitos que terminan por volcarse a la web. Algunos se resignaron a comprarlas de nuevo al delincuente; otros se presentaron como los dueños y pronto terminaron bloqueados por el vendedor o recibieron una sugerencia de “rescate” que terminó por acobardarlos, ya que debían ir en persona con un dinero encima a negociar con los delincuentes sin ninguna otra garantía. Y están también los que fueron con estos datos a la Justicia y contaron que se toparon con un laberinto de “peros” y una burocracia que terminó por desanimarlos en continuar por ese camino.