Un 18 de septiembre de 2006, Jorge Julio López desapareció tras declarar en un juicio contra el represor Miguel Etchecolatz.

"Hoy se cumplen 13 años de la desaparición en democracia de mi papá. Ya son 13 años de hacer el mismo reclamo y me genera bronca no tener respuestas de la Justicia", dijo su hijo Rubén López.

La Multisectorial de La Plata, Berisso y Ensenada se concentrará a las 18 en la Plaza Moreno, frente al Palacio Municipal, lugar donde en 2006 se realizó el juicio al represor Miguel Etchecolatz.

Jorge Julio López era una albañil de 76 años cuando desapareció ese 18 de septiembre de 2018.

El 27 de octubre de 1976, inicio de la última dictadura argentina, fue detenido clandestinamente por un grupo de tareas dirigidos por Miguel Etchecolatz. López era militante peronista con simpatía por la Tendencia Revolucionaria.

Hasta abril del 77, el albañil estuvo en varios centros clandestinos de detención de la Policía de Buenos Aires. Después, fue reconocido oficialmente como detenido sin juicio en la Unidad Penal Nº 9 de La Plata.

El 25 de junio de 1979 fue finalmente liberado. Durante casi más de dos décadas, López se mantuvo en silencio pero escribiendo e investigando sobre su etapa de secuestro.

En 1999, el albañil decide contar sus experiencias en el Juicio por la Verdad de La Plata,  una series de procedimientos judiciales sin efectos penales debido a las Leyes de Impunidad.

Allí contó sobre las torturas que sufrió y los asesinatos, violaciones y otros delitos de lesa humanidad del que fue testigo.

Con la nulidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida en 2003 y la declaración de inconstitucionalidad de los indultos concedidos en 2006, la Justicia abrió en el mismo año una causa por delitos de lesa humanidad contra el expolicía Miguel Etchecolatz.

López declaró como testigo el 28 de junio de 2006. El 18 de septiembre, día de los alegatos finales, su sobrino fue a buscarlo a su domicilio de Los Hornos, La Plata, pero no estaba, había desaparecido.

Al día siguiente, Etchecolatz recibió la primera de cuatro condenas perpetuas. Sin embargo, la desaparición de Jorge Julio López continúa impune.

En 2014, en la causa del centro de detención clandestino de La Cacha, el represor escuchó su sentencia con un papel entre sus dedos que decía: "Jorge Julio López".