Crimen de las hermanas: el macabro perfil de la familia, según testimonio de los vecinos
Mientras se avanza en la búsqueda de los cuerpos en la vivienda, en barrio Autódromo hablan de una situación por demás compleja que se vivía puertas adentro: abusos, violencia y rituales satánicos, en una trama de terror.
Continua la búsqueda de las hermanas Ester y Sara Castro, de 41 y 39 años, desaparecidas en barrio Autódromo de la ciudad de Córdoba. La hipótesis más fuerte que se maneja es la de un doble homicidio que se habría confesado en el seno familiar, siendo los dos hombres del grupo (de más de 20 años) los principales sospechosos (serían hijos de una y sobrinos de la otra).
ver: Córdoba: las hipótesis que se manejan en el crimen de las hermanas
Consultados por Canal 10, los vecinos dan cuenta de una trama de terror que se vivía en esa casa, ubicada en la calle Oscar Cabalén al 6.500.
“No eran sociales con nadie, vivían encerrados, todo era entre ellos. Solo salía una de las desaparecidas a trabajar, porque trabajaba en un lavadero. Lo hacia acompañada de uno de los chicos (acusado)”, sostuvo una de las personas del barrio.
Todos dan cuenta de una dinámica “demasiado rara”. “Siempre actuaban raro, no estaban en sanas condiciones mentales, nunca buscaban conversar, sólo se relacionaban entre ellos”, manifestó otro.
VER: Barrio Autódromo: intenso operativo para encontrar los cuerpos de las dos hermanas
Según los relatos recolectados por Canal 10, una de las hermanas vivía en la casa con el resto de los integrantes: los dos jóvenes, la adolescente de 17 años, dos niños de 6 años y un bebé.
La otra hermana desaparecida, “raramente” iba a ese lugar: “De dos meses, una vez la veías ahí”, agregó.
Había un hombre mayor que vivía en esa casa, el padre de una de las desaparecidas, que falleció en el domicilio meses atrás. “Vivian con el padre de la señora, que falleció hace unos meses ahí en el domicilio. Se dice que abusaba de ella, que los hijos son del padre", sostiene el relato del vecino.
También dan cuenta que un hermano de las mujeres, se presentaba en la casa con denuncias de abusos cometidos por uno de los jóvenes (su sobrino), además de lo que realizaba el padre.
Los testimonios hablan de cosas “extrañas” que sucedían a la noche, por ejemplo los "jóvenes corrían desde el fondo".
Todos sospechan de rituales satánicos, ya que en las ventanas de la vivienda, hay cruces o “pentagramas” invertidos, un signo de estos rituales.
Los vecinos aseguran haber visto agresiones de los sospechosos a las dos hermanas desaparecidas. Incluso hasta intervino la Policía, que se llegó al lugar a “hablar” con las mujeres y después se fueron.
“Te voy a matar, te voy a matar”, los gritos que se escuchaban salir de esa casa.
En varias ocasiones los vecinos buscaron la intervención de los uniformados por los supuestos abusos que se cometían dentro del seno familiar, pero aseguran que los episodios continuaron.
Todo se enmarca en una trama de horror, según los relatos en el lugar, mientras avanza el operativo e investigación.