El ministro de Salud provincial, Diego Cardozo, encabeza un proceso de cambio sanitario necesario en todo Córdoba. La misión central apunta, en tiempos en los que hay sólo 4 casos confirmados y más de 60 en observación, a lograr duplicar el número de camas de terapia intensiva.

Un total de diez hospitales públicos ven afectada su rutina, y la prioridad pasa a ser la activación de protocolos para prevenir la ampliación de la pandemia.

En el interior del territorio se organizaron 6 nodos principales, desde los nosocomios San Antonio de Padua en Río Cuarto; el Regional Domingo Funes de Santa María de Punilla; el Vicente Agüero de Jesús María; el Bernardo Iturraspe de San Francisco; el Luis Pasteur de Villa María y el Luis F. María Bellodi de Mina Clavero.

La sanidad pública lleva adelante, en tal sentido, una transformación. Se dispuso también que, en la ciudad de Córdoba, los hospitales San Roque, Florencio Díaz, Rawson y de Niños estén destinados al tratamiento sólo del coronavirus.

El funcionario refirió al primero de los nosocomios como “ nuestro referente en patología infectológica”, apuntando a pacientes “más susceptibles”, destacó las cualidades edilicias del San Roque; el de Niños por la “mayor complejidad para patologías pediátricas" y el Florencio Díaz con el ojo puesto en las embarazadas que puedan presentar síntomas.