El interminable crucero que no tiene dónde parar: Miami, el objetivo
El periodista Dante Leguizamón lleva tres semanas en una estrecha cabina, a bordo del Zaandam: “Tenemos muchas expectativas que nos dejen bajar”.
El viaje en el crucero Zaandam, que partió rumbo a Malvinas y hoy lleva 22 días sobre el océano, sigue su curso. Por estas horas, con la buena noticia de haber podido atravesar el Canal de Panamá, pero acumulando países en los que no puede parar y sus pasajeros no pueden descender.
A la cuestión la desató la gran cantidad de casos de personas con fiebre, la confirmación de que se trataba de coronavirus y, con el paso de los días, la muerte de cuatro personas a causa de la pandemia.
A bordo de la embarcación sigue el periodista de los Servicios de Radio y Televisión (SRT), Dante Leguizamón. Hoy dice que "sólo quiero volver, abrazar a mis hijos y mi gata, y dormir en un lugar que no se mueve".
Entrevistado por radio Universidad, habla de las tres semanas que lleva extrañando, e interrumpe cuando hablan de su camarote. "Cuando se menciona así uno se imagina una habitación de hotel. Pero la verdad es que estoy en una cabina de dos metros por 2,5 metros, con condiciones dignas, pero como es una cárcel con buena ventilación, espejo, enchufe para cargar el celular...".
En pleno viaje por el Atlántico, trazó los objetivos que quedan, que inician por "poder bajarnos en Miami, de dónde es la empresa con la que viajamos" y "tenemos mucha expectativa de que nos dejen descender".
Adujo estar "agotado" y "tratando de sobrevivir", y rescató las gestiones de la Cancillería Argentina,por caso, para poder atravesar el Canal de Panamá.