Con un plan de work and travel (viaje y trabajo) partió con otros seis amigos.

Tras una experiencia que él definió como “inolvidable”, comenzó su cuenta regresiva. El pasaje de regreso a Córdoba estaba previsto originalmente para el 23 de marzo, con salida de Salt Lake City (a una hora de viaje del lugar en el que él estaba instalado y en el que trabajó como mozo de un bar junto a una pista de sky).

El viaje, obviamente no era directo. Había escalas en Los Ángeles, Panamá y finalmente Córdoba.

El prolijo plan de vuelo estalló en cuestión de horas, cuando el coronavirus conmovió al mundo.

Las pistas de sky se cerraron y el pueblo se vació de turistas norteamericanos ABCI y de jóvenes extranjeros que realizaban las pasantías.

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Aislamiento | Agustin Bocco regresa a Argentina desde Estados Unidos

Agustín y sus amigos lógicamente fueron presa de la angustia y prácticamente el pánico, aunque él es de las personas que muestra una calma envidiable. Nunca sabré, en definitiva, “si la procesión va por dentro”.

Tras días de búsquedas frenéticas consiguió un pasaje de Salt Lake City a Houston y de allí a Panamá. Llegó a la ciudad latinoamericana a las 19.30 y a las 22 salía el último vuelo de Copa con destino a Argentina porque después las autoridades del país caribeño cerraban las fronteras.

Agustín no lo hizo solo. Gracias a la generosidad del periodista “Vasco” Erramouspe, consiguió el teléfono de Lorena Gaser, gerenta de Copa en Córdoba. Ella fue un hada madrina para Agustín, que finalmente anoche pegó la vuelta. Siete horas después, llegaba a Ezeiza.

“Ya estoy en Argentina”, escribió en un mensaje que envió al grupo de whatsapp que comparte con los padres.

El viaje de Buenos Aires a Córdoba fue nada más que un trámite. Seguramente la hora y cuarto más placentera de su vida.

Escribo esta crónica con tensión. Diría que me emociona. Es que soy el papá de Agustín y en estos últimos dos días no la pasé bien.

Su mamá María Ana tampoco.

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El particular regreso de un estudiante cordobés desde los Estados Unidos

El operativo final fue para organizar el regreso del aeropuerto Taravella a a su casa. Agustín volvería con su mamá, quien hará con él la cuarentena en la casa familiar.

Ambos partimos al aeropuerto en dos autos. Allá, la madre estaría un poco más cerca y yo de lejos, como para ver su silueta. Papá y mamá respetamos a rajatabla las recomendaciones del Ministerio de Salud. Agustín también.

Agustín ya está en casa… en unos días comenzará a contar sus historias y la de sus amigos.

Bienvenido, loco!!!

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El particular regreso de un estudiante cordobés desde los Estados Unidos