La concentración de casos y muertes en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), superando cada jornada el 90 por ciento, es una tendencia ya consolidada desde el mes de junio.

Con más de 73 mil casos, la Provincia de Buenos Aires (representa aproximadamente el 30% del padrón nacional) contiene el 55% de los casos totales en Argentina. Cerca de esa marca, y conformando una misma zona demográfica, la Ciudad Autónoma es la otra jurisdicción con situación bien compleja: más del 35% del total de casos afectó a personas con domicilio en la ciudad gobernada por el PRO de Horacio Rodríguez Larreta.

En el interior del país se destaca Chaco, que con sus 2966 casos más que duplica a la provincia de Córdoba tanto en contagios como en fallecimientos.

Aunque Jujuy no superó los mil casos desde el inicio de la pandemia, registra 24 muertes y ante la disparada de casos durante las últimas jornadas, el gobierno de Gerardo Morales decidió volver a una estricta fase 1 por 14 días.

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Hasta ayer, para el Ministerio de Salud de la Nación sólo cinco personas habían muerto por coronavirus en la provincia de Jujuy. Ante los 24 nuevos fallecimientos, las autoridades provinciales confirmaron que a partir de mañana vuelve a regir la cuarentena con la misma intensidad del día 20 de marzo.

La Pampa, por caso, una de las provincias que prácticamente no se vio afectada más allá de 8 contagios totales desde la llegada del Covid-19 a Sudamérica; todos los casos en esa provincia fueron importados y el virus no tuvo circulación comunitaria.

En ambas pestañas del gráfico de arriba (contagios, muertes) puede verse, de manera gruesa, el panorama de la enfermedad en nuestro país: un virus predominantemente unitario, con fuerte concentración del drama epidemiológico en el AMBA, y algunos focos en el interior que no se logran controlar en su totalidad.

Esperando el pico de casos para agosto, lejos está de contenerse la circulación del virus en nuestro país.