Entre influencers y maquinitas: la estafa del marketing multinivel
La empresa Nu Skin fue trending topic en redes y los esquemas piramidales volvieron a ser centro de críticas.
Las redes sociales volvieron a posar su atención en los esquemas piramidales. El año pasado habían sido los "telares de la abundacia", este año el centro de las críticas recayeron en el marketing multinivel.
La empresa de cosméticos Nu Skin fue trending topic tras inundar las redes sociales con anuncios de una “máquina milagrosa” que promete una "piel perfecta" para el que lo use. Las influencers salieron en masa a publicitar el aparato. Desde Candelaria Tinelli hasta Fernanda Callejón, pasando por Marcela Klosterboer, Laurita Fernández, entre otras.
No obstante, las críticas no tardaron en aparecer. Usuarios en redes sociales denunciaron que la venta de estas máquinas es un tipo de estafa piramidal, específicamente de marketing multinivel.
La empresa ofrece a personas revender cepillos faciales a unos 21 mil pesos cuando en páginas de ventas chinas productos similares rondan en los 10 dólares. Sin embargo, el precio no es el único problema, de manera similar a Amway o Herbalife, Nu Skin ofrece un esquema de reventa al estilo "ser tu propio jefe" donde la gran mayoría de los participantes no obtienen ninguna ganancia.
Según un informe de Last Week Tonight with John Oliver, el 93% de los revendedores de Nu Skin en 2015 de Estados Unidos no recibieron ninguna comisión de venta.
La base del marketing multinivel y por qué es una estafa es que las ganancias de reventa no se obtienen de la venta de los productos en si sino que las ganancias provienen del reclutamiento de otras personas que revendan.
Por lo tanto, se genera un esquema donde una persona debe meter a más personas para ganar y a su vez éstos deben hacer lo mismo. De esta forma, el esquema piramidal genera una estructura de unas pocas personas que ganaron dinero a costa de otros revendedores que fueron reclutados.
La usuaria de Twitter Mama Maglione relató su propia experiencia: “Me quisieron enganchar 2 veces. La primera vez fue desgarradora porque llevaba meses desempleada y me dijeron "es una entrevista de trabajo". Una semana ilusionada. Cuando fui a la reunión y me di cuenta, salí llorando”.