Fernando Vaca Narvaja, el último sobreviviente de la masacre de Trelew
En una entrevista exclusiva para los SRT, Vaca Narvaja, cuenta en cómo se vivieron aquellos años. Los detalles de la acción, cómo la organizaron y por qué lo hicieron. ¿Cómo fue la llegada a Chile primero, y a Cuba después, de los 6 militantes que completaron la fuga?
El último sobreviviente de la fuga del penal de Rawson. Fernando Vaca Narvaja es uno de los seis líderes de la toma que aquella madrugada del 22 de agosto lograron escapar. Otros 19 compañeros no llegaron a abordar aquel avión con destino a Chile. Una semana más tarde, serían fusilados por marinos bajo el mando del capitán Luis Emilio Salinas.
“Siempre decimos que las heridas del cuerpo recibidas en la lucha contra esta dictadura militar son cicatrices, pero las heridas del alma siempre quedan”, recuerda.
El plan inicial de la fuga era la de construir un túnel, pero las características y condiciones del terreno no lo permitieron. Fue así que nació la idea de la toma que intentaría liberar a más de 100 personas allí detenidas. “El efecto sorpresa era tomarlo desde adentro”, cuenta el líder militante de Montoneros que en aquel entonces tenía 24 años.
“Si vos medías la correlación de fuerzas, tan de moda en la discusión política hoy en día, era imposible pensar la fuga. Y fue la sorpresa lo que no esperaba en ese momento el aparato represivo”, dice acerca del plan ideado.
La ejecución del plan repartió responsabilidades en tres grupos. Vaca Narvaja estaba en el primero junto a otros cinco líderes, y tenían a cargo la responsabilidad de tomar el avión en el que debían escapar las 115 personas. El segundo estaba integrado por 19 personas encargado de abrir los pabellones y reducir ataques. Ese fue el grupo que, por un error de comunicación, quedó varado a la espera del transporte original, y debió recurrir a taxis y remises para llegar al aeropuerto, aunque no pudieron hacerlo a tiempo. En el tercer grupo estaban todos los detenidos en el penal que debían concretar la toma.
“Lo que falla en ese momento es lo más sencillo de la acción y de la planificación que es la señal. Si no hubiera fallado ese aspecto, obviamente la operación hubiese sido totalmente exitosa”, analiza el ex líder montonero, en una entrevista exclusiva para cba24n.
—Cuando decis que la fuga fue un éxito, de algún modo esa idea choca con lo que sucedió con los 19, y puntualmente con los 16 fusilados. ¿No sentís que hay ahí una contradicción en función de la masacre?
—Se da esa contradicción en la vida real. Los objetivos que se plantearon, entre ellos tomar el penal de adentro hacia afuera para la fuga, sí se dan. El primer grupo logra llegar y tomar el avión. El segundo llega a consolidar la toma del aeropuerto. Y el tercer grupo logra consolidar la toma del penal. O sea que los tres objetivos de la planificación se realizan. Eso pasó el 15 de agosto, y seis días después, frente a esa situación que desnuda y hace vulnerable a la dictadura militar viene la masacre. La venganza”.
— En ese momento en el que vos ya estás en el avión con tus otros cinco compañeros, con los tres militantes, y la disyuntiva de si levantar vuelo o esperar a los otros 19 que venían. ¿Cómo lo viviste sabiendo que en ese grupo estaba tu compañera?
— Yo me pude despedir de Susana cuando tomamos el penal. Porque las mujeres estaban también en el último pabellón, en la parte de arriba, donde estábamos nosotros que era el número cinco. De ocho pabellones, seis eran de presos políticos. Estaban compañeros de FOTIA, de SITRAC-SITRAM, dirigentes universitarios, ósea no sólo estaban los grupos armados de la guerrilla argentina. Pude despedirme con un beso de ella, después de reducir el pabellón de mujeres.
El militante de Montoneros dice que el asesinato de los 16 compañeros fue el preludio de lo que sucederá durante la dictadura presidida por Jorge Rafael Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti.
Recordando la época en que se llevó a cabo la toma, y posterior fuga, afirma: “Todos los penales tenían planes de fuga. Absolutamente todos. Cuando caigo preso en Tucumán en 1971, mi misión era ser parte del apoyo de la fuga del penal de Villa Urquiza. Tenía todo el cronograma y el plan operativo”.
Posteriormente en Córdoba, y en otras provincias del país, sucedieron tomas e intentos de fuga. Entre ellas, menciona la ocurrida en la cárcel de Mujeres del Buen Pastor en 1975. Aquel 24 de mayo escaparon 26 presas políticas.