Fin del mito: los jóvenes son los que más leen libros en Córdoba
Una investigación de la Facultad de Ciencias de la Comunicación reveló qué grupo etario lee más en la ciudad y por qué leen. Reflexiones en torno a los libros, los consumos culturales y el fomento a la lectura.
El 71,7% de los jóvenes de 16 a 19 años de la ciudad de Córdoba lee libros, relevó una investigación sobre consumos culturales de la Facultad de Ciencias de la Comunicación (FCC) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
De esta forma, la franja etaria más joven alcanzada por la investigación es la que más lee. A medida que la edad va aumentando, el nivel de lectura de libros va decayendo.
Por ejemplo, tan solo el 54,2% de las personas de 20 a 29 años lee libros. Este porcentaje va decayendo al 40% en franjas etarias de mayor edad. Sin embargo, el porcentaje aumenta al 44% para adultos mayores.
La lectura de libros es del 29,5 % en personas con nivel primario completo o menos, 39,6% en nivel secundario y 63,2% en nivel terciario o superior.
Divididos por género, hay una gran diferencia: las mujeres leen más que los hombres. El 54,7% de las mujeres lee libros mientras que un 39,8% de los hombres lee.
Diarios, revistas, televisión o la radio viven procesos de digitalización, modificando los modos de producción y circulación. Fabiana Martínez, integrante del equipo de investigación, explicó: "El libro, sin embargo, resiste. No admite transposición, las tecnologías vinculadas a este objetivo de habilitar libros digitales no pregna".
Y añadió: "El libro en papel es un artefacto vigente, mantiene varios de sus significados más densos: sobre los libros las personas conversan, se leen y se recomiedan, posiblemente se prestan y comparten; es aún promesa de una experiencia interesante y de acceso a capitales culturales".
“Consumos mediáticos, culturales y tecnológico - Ciudad de Córdoba en contexto de pandemia”, es un informe realizado en base a una investigación desarrollada en la Facultad de Ciencias de la Comunicación en el marco de un Proyecto institucional de investigación, desarrollo tecnológico y artístico en áreas prioritarias de la Secretaría de Ciencia y Tecnología (SECyT) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y financiado por la Secretaría de Políticas Universitarias en 20201.
La investigación encuestó a 587 hogares de la ciudad de Córdoba sobre varios aspectos de la vida cotidiana de los cordobeses, entre ellas el uso del celular, computadoras y redes sociales.
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Desterrar el mito: los jóvenes leen y de formas diferentes
“Hay un lugar común. Una frase hecha y que se repite que plantea que los jóvenes, los adolescentes e incluso los niños no leen”, expresó a cba24n.com.ar la escritora Eugenia Almeida.
Y resaltó: “Eso es totalmente falso. Es una visión errada que se repite sin pensar. Sin dudas, esta generación de niños y jóvenes leen mucho más que mi generación”.
"La lectura en papel es diferente a la digital: hoy, se lee y se escribe más que antes, pero en las pantallas, en formatos fragmentados, paratácticos, ilustrados. En el papel, persiste la lectura silenciosa, más solitaria quizás, pero más compleja, densa. En este punto, escuelas y bibliotecas juegan un rol central, democratizando la lectura y garantizando la pervivencia de heterogéneas formas de lectura en la sociedad contemporánea", remarcó Martínez.
La Librería del Palacio, por su ubicación en Nueva Córdoba, recibe a una gran cantidad de jóvenes. Desde el local, comentaron a cba24n.com.ar que las principales ventas se concentran en novelas, en especial la de sagas juveniles.
“Otro género también elegido es el ensayo de género y de sexualidad”, destacaron.
Para Almeida, el mito que los jóvenes no leen nace porque los jóvenes leen de forma diferente a lo que tienen preconcebidos los adultos. “Leen en otras formas, otros soportes. Leen con otro tipo de atención. Quizás influenciada por las nuevas tecnologías que requiere un tipo de atención que atiende a muchos frentes a la vez”, explicó.
Un ejemplo de “otras formas de lectura” es Wattpad.
Wattpad es una plataforma online donde los usuarios pueden subir novelas, artículos, poemas, entre otros formatos literarios. Muchos jóvenes suben sus propios escritos a la plataforma para que sean leídos sin necesidad de insertarse en la industria editorial.
Incluso, muchos autores de Wattpad lograron publicar sus libros en formato físico y con gran éxito de ventas entre los jóvenes. Algunos de estos autores son: Ariana Godoy, Alex Mírez, Eva Muñoz, entre otros.
Javier Quintá, docente y editor de Recovecos, también destacó que en los últimos años hubo un boom en actividades en torno al libro: clubes de lecturas, los talleres literarios, charlas, entre otros espacios.
“Basta del famoso ‘los chicos no leen’ porque no es así. Los padres no leen o han dejado de hacerlo por falta de tiempo. Y cuando alguien me recomienda un libro bueno, es simple: no olvido el libro ni la persona que me lo recomendó”, destacó.
Fomentar la lectura
A pesar de la omnipresencia de internet, la recomendación “boca a boca” sigue siendo una de las principales vías en la lectura de libros.
Según el informe de “Consumos mediáticos, culturales y tecnológicos”, el 31,4% de los lectores eligen determinados libros por recomendación de algún familiar o amigo. El 13,3% lo hace por sugerencia de un docente y el 10,3%, por un profesional o referente. Los encuestados eligieron varias opciones.
Internet también tiene un rol predominante, el 26,6% de los lectores encuestados afirmaron que se guiaron por recomendaciones de redes sociales o páginas web. Por otro lado, las recomendaciones por medios de comunicación, 11,1%.
Sobre el tema, la Librería del Palacio destacó: “al momento de decidir una lectura, los adultos mayores, por un lado, se guían por recomendaciones de libros que figuran en semanarios culturales por lo general asociados a un medio gráfico y a una columna radial”.
“Por otra parte, notamos que los jóvenes se orientan a usuarios de redes sociales (instagramers, booktubers, etc.) generalmente asociados a la cultura”, añadieron.
Tanto Almeida como Quintá coincidieron que la educación debe ser uno impulsores del fomento a la lectura.
“Es indispensable insistir en políticas públicas para fomentar la lectura y que esté por encima del gobierno de turno”, remarcó Almeida.
A su vez, Quintá destacó la desigualdad social como un obstáculo en la lectura. “Las condiciones propicias para la lectura siguen siendo pésimas en Córdoba: libros caros, la cultura como un privilegio y el poco tiempo para el entretenimiento o el enriquecimiento espiritual, suponiendo que un libro otorgara eso”, declaró.
“Los docentes son los mayores difusores del libro. Pese a las malas condiciones, pueden construir lectores. Ojalá pudieran tener tiempo y dinero para leer y comprar libros”, agregó.