La Iglesia Católica llamó a que no “nos gane la globalización de la indiferencia” en Pascua
La Conferencia Episcopal Argentina habló sobre la falta de trabajo y los despidos. Francisco criticó los muros del egoísmo y de la indiferencia y lamentó que las aspiraciones de paz se vean "rotas por la crueldad del odio y la ferocidad de la guerra".
En Domingo de Pascuas, la Iglesia Católica difundió un mensaje contra el egoísmo y la indiferencia.
El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, expresó su preocupación por los despidos que se vienen registrando en los últimos días en el país y pidió que no “nos gane la globalización de la indiferencia” ante la situación de crisis.
“Hemos recibido últimamente en la Conferencia Episcopal grupos diversos de personas que quedan sin trabajo, gente que queda como al costado del camino. Es tremenda esta herida. El día que nos gane la globalización de la indiferencia, el día que se nos endurezca tanto el corazón, que no tengamos sensibilidad para estos hermanos y hermanas que quedan sin trabajo, es ese día no nos podemos llamar cristianos”, dijo el video mensaje de Ojea, difundido este sábado.
Y agrega: “Ese día vamos a decir nos ocupamos solamente de nosotros mismos y los demás ¿qué importa? Pidámosle al Señor esta gracia descubrir con una imaginación nueva la caridad cristiana. Siempre la Pascua nos da una nueva creatividad para poder crecer en el amor, para poder crecer en la caridad”.
Por su parte Francisco, ante 6.000 fieles que rezaban en la basílica de San Pedro, criticó los muros del egoísmo y de la indiferencia y lamentó que las aspiraciones de paz se vean "rotas por la crueldad del odio y la ferocidad de la guerra".
En su homilía de la Vigilia Pascual del sábado 30 de marzo, expresó: "Es la Pascua de Cristo, la fuerza de Dios, la victoria de la vida sobre la muerte, el triunfo de la luz sobre las tinieblas, el renacimiento de la esperanza entre los escombros del fracaso. Es el Señor, Dios de lo imposible que, para siempre, hizo correr la piedra y comenzó a abrir nuestros sepulcros, para que la esperanza no tenga fin. Hacia Él, entonces, también nosotros debemos mirar".