Las infancias en la tele: cómo, cuándo y por qué
Sólo el 4% de la programación de la televisión argentina incluye a la población infantojuvenil. Periodistas y técnicos de los SRT participaron de una capacitación sobre derechos de los niños, niñas y adolescentes en los medios de comunicación.
Continuando con el plan de formación continua, esta vez los trabajadores y trabajadoras de los SRT participaron de una capacitación brindada por la Defensoría del Público de la Nación sobre tratamiento mediático responsable de la niñez y la adolescencia.
El taller estuvo a cargo del periodista Hugo Muleiro, capacitador de la Defensoría del Público y consultor de UNICEF, en una actividad organizada por la Editoría de Género de los SRT y la Defensoría de la niñez de la provincia de Córdoba.
Con una masiva participación de periodistas y técnicos de las diferentes plataformas que componen el Multimedio SRT, el debate giró en torno a la necesidad de incluir voces y contenidos de niños, niñas y adolescentes en la radio y la televisión. “En promedio -dijo Muleiro- sólo el 4% de la programación de la televisión argentina incluye a la población infanto-juvenil” lo cual, según se desprendió del debate, implica una limitación al derecho universal a la comunicación. Los motivos de esta realidad, al menos en el caso de los SRT, tienen que ver con un exceso de cuidado o con una concepción arraigada según la cual las infancias no pueden mostrarse en la pantalla. Lejos de eso, la recomendación de la Defensoría es incluir esas voces, con los cuidados correspondientes.
No es verdad que esté prohibido mostrar niños y niñas; nada en la ley obliga a ello. Lo que sí es cierto es que el tratamiento debe ser cuidado y responsable, es decir, en contextos adecuados a la edad. Por ejemplo, no se deben incluir como víctimas ni estigmatizando su condición por razones de probreza, delito o cualquier otra que afecte su sensibilidad o choque con los principios de protección integral de la niñez.
Quienes participaron del taller pudieron disipar dudas acerca del uso de la cámara, de las maneras de nombrar y de las historias de vida que se pueden contar, entre otros interrogantes que en muchos casos no tienen una respuesta definitiva. En cualquier caso, quedó claro que los y las profesionales de la comunicación deben asumir siempre el compromiso de un tratamiento responsable que tenga en cuenta el enfoque y el cuidado de los derechos humanos y del derecho a la comunicación de niños, niñas y adolescentes.