Las obras sociales y los "Token" de seguridad en el acceso a la salud: ¿Avance o discriminación?
Los afiliados además de exhibir la credencial digital, deben presentar un código numérico obligatorio para poder recibir cualquier tipo de atención, que sólo se obtiene a través de una aplicación y tiene una duración de tiempo que expira.
El acceso a la salud es un tema complejo en Argentina por donde se lo mire.
El tema que hoy nos aboca en análisis es la modalidad que impusieron las obras sociales para poder recibir atención médica: como en las aplicaciones bancarias, el afiliado debe presentar un “Token” de seguridad que se obtiene con una aplicación en el celular.
Es decir, no basta con acreditar la identidad con el documento nacional de identidad, ni presentar la credencial.
Hay que mostrar este código numérico de manera obligatoria, cualquiera sea el tipo de atención de salud que se requiera, desde un turno programado hasta pedir atención en la guardia de un hospital.
Si bien desde las obras sociales lo exponen como un “avance” en materia de seguridad, lo cierto que es el afiliado es quien debe someterse a un paso más para acceder a la salud. Pero lo cuestionable, es que si o sí necesita un dispositivo móvil.
“La mayoría de las obras sociales lo piden. Lo malo es que hay muchas personas mayores que no saben o no tienen teléfonos que puedan tener muchas aplicaciones”, expresó a este medio una secretaria medica de uno de los hospitales privados más importantes de Córdoba.
Atados a lo digital
La tecnología ha avanzado mucho y la pandemia fue clave, más en materia de salud. Ha servido para validar identidad de manera virtual, consultas y atención por videollamadas o llamadas, recetas digitales, entre otras.
Sin embargo, la contracara es depender exclusivamente de un dispositivo móvil.
Se han confeccionado aplicaciones que envían la credencial en formato digital, pero cada vez es más difícil acceder a una en formato físico.
El problema se agudiza cuando además hay que descargar una APP de la obra social que se trate, registrarse como usuario (a través de un correo, Facebook y demás), validar con contraseña, esperar que el sistema valide y obtener así la “luz verde” para sacar el Token de seguridad a presentar en ventanilla, que tiene una duración -como en los bancos- de tiempo determinada.
El argumento, la “seguridad”
Ese es el fundamento de imposición. Con el “Token” quedan registrados casi inmediatamente los servicios que se prestan.
En realidad el control no es para los afiliados, sino para los prestadores. Y el paciente, es quien debe someterse a una disposición que roza el cuestionamiento ético más cuando se trata de un derecho, como el acceso a la salud, por las personas que pueden quedar excluidas, aún pagando mensualmente.
Los adultos mayores, que no tienen el entrenamiento con los dispositivos, las personas que por cualquier eventualidad pierden o les sustraen los celulares (algo que en Argentina ocurre de manera más que corriente), no pueden recibir la atención o tienen que hacer una o varias gestiones extra.
“En caso que le roben el celular, que la secretaria médica nos llame y nosotros le damos el token”, expresó una asistente telefónica a un afiliado, luego de una espera de 5 minutos a un 0800 que sólo atiende de lunes a viernes en horario casi comercial. En el resto de los números para contactar con la obra social, no hay representante de atención de consultas generales, como esa.
“Si no tiene celular, lo puede sacar con la computadora”, fue la otra respuesta de la misma asistente.
El “sistema” lamentablemente impone que los afiliados tienen un elemento extra para recibir atención de salud, un dispositivo electrónico: ya sea celular o “en su defecto” una computadora.
Y ya no es para brindar un “beneficio” como en la pandemia. Esta vez, es para poder acceder a los servicios de salud. ¿Y qué pasa si no lo tienen o no lo pueden tener?
“Es sumamente preocupante”
El abogado Exequiel Vergara, Presidente Asociación de Consumidores ADCOIN
(Acción y Defensa del Consumidor e Inquilino), manifestó su disconformidad con esta nueva exigencia.
“Es preocupante sobre todo en el caso de los adultos mayores. En líneas generales no se le brinda toda la información al usuario y concretamente esto es en beneficio de las obras sociales y no dan alternativas eficientes”, expresó.
El letrado destacó que aunque exista esta disposición los usuarios pueden realizar la denuncia respectiva como consumidores. Se puede ingresar a defensadel consumidor.com.ar.
“En caso que el numero de denuncias se aumente, evaluaremos hacer las presentaciones ante la autoridad de aplicación o bien la demanda colectiva”, concluyó.