Los padres salen, pero los niños siguen en cuarentena
¿Qué sucede en la mente de los más pequeños que ven cómo sus cuidadores lentamente retoman la actividad fuera de casa?
En la última fase de la cuarentena, muchos adultos pudieron retornar a la actividad. Quizás no de la manera en la que lo hacían antes, pero sí hay movimientos diferentes en casa.
Los adultos, vuelven a salir, pero los niños todavía no pueden hacerlo. Los menores llevan más de 60 días encerrados y la situación se puede volver un tanto difícil, cuando el argumento que utilizábamos para mantenerlos a salvo, tiene excepciones.
En la mente de los niños, la sensación de miedo por el eventual contagio de sus padres, o el enojo antes una sensación de "injusticia" porque los adultos si y los niños no, pueden desarmar el difícil equilibrio puertas adentro en tiempos de Coronavirus.
Para ayudar a transitar la situación un poco mejor, consultamos a la Licenciada en Psicología especialista en niños Rosario del Corro. MP 6759 Ella explica: " Los niños vienen aceptando y tolerando como pueden estas medidas de emergencia sanitaria. Pero ahora, estas nuevas disposiciones ponen en jaque todo lo que veníamos diciendo (...) La angustia, el enojo y la sensación de injusticia son normales. Es imposible que los adultos podamos transmitir calma y seguridad a la hora de pensar los cuidados que tendremos para salir. Dejarles en claro que mamá y papá o los cuidadores harán todo lo necesario para que no nos pase nada. Vamos a tomar las medidas necesarias. Es importante decirle que vamos a volver y vamos a poder volver a cuidarlos. Hay que darle espacio y lugar para que el niño pueda expresarse y alojar este sentimiento que puede generar el retorno al trabajo".
Además, probablemente los vínculos se intensificaron en la familia a partir de permanecer tanto tiempo juntos. Al respecto, la licenciada asegura: "Es esperable que los chicos extrañen. Veamos modos de seguir conectados aunque no estemos en casa, dejar un mensaje o un dibujo para que los niños encuentren cuando no estamos, llamadas o mensajes de voz durante las horas de trabajo. Algo que de alguna manera sostenga la presencia aunque no estemos juntos".
Todos aprendemos día a día de las nuevas rutinas y desafíos que se proponen a partir del aislamiento y la pandemia. No olvidar que los más pequeños esperan de los adultos palabras y explicaciones, es fundamental.