Mormones en Córdoba: mucho más que sólo gente de fe
Pueden andar en bici por los barrios, golpeando puertas o ser candidatos a presidente de Estados Unidos.
Llegaron por primera vez a Córdoba hace 60 años y su primer destino fue Alta Gracia. Luego se expandieron por toda la Provincia. Hoy integran una comunidad que, según sus propios números, alcanza más de 4500 miembros.
Comúnmente denominados “Mormones”, los miembros de esta religión se rigen por un texto llamado el “Libro de Mormón” que predican en todos los países del mundo donde más de 16 millones de personas comparten su fe. La religión nació en Estados Unidos, en 1820. Se trata de una escisión de la Iglesia Católica, con la cual comparten similitudes pero mantienen ciertas diferencias. Entre estas últimas, las más importantes tienen que ver con la inexistencia de un clero, la no veneración de la Virgen María ni los Santos Católicos y el hecho de tener trabajos particulares y realizar las actividades religiosas de manera voluntaria en sus tiempos libres. Los Obispos, que van rotando cada 4 o 5 años, no perciben salarios como sí ocurre dentro del Catolicismo.
Su organización sigue parámetros geográficos: en Córdoba hay 54 congregaciones, agrupadas en 10 “estacas” que tienen un presidente y dos consejeros. A la vez el área sur de Latinoamerica (Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay) conforma otra región liderada por “los 70” quienes, a su vez son parte de un quórum a nivel global que preside un grupo denominado “12 Apóstoles” (la mayoría vive en Estados Unidos aunque en la actualidad hay un brasileño, un alemán y uno de origen oriental). De entre esos “apóstoles” surge una Presidencia que es ejercida desde Estados Unidos, más precisamente en Utah un estado donde la organización tiene una gran incidencia religiosa y política. Allí se toman las decisiones para el resto del mundo. “Le decimos presidente pero en realidad es un Profeta” aclara Jorge Detlefsen, Director de Asuntos Públicos de la región integrada por Córdoba, Catamarca y La Rioja.
Algo que pocos saben es que Mitt Rommey un ex candidato a presidente del Partido Republicano en el año 2008 y 2012 (perdió con Barack Obama) es un reconocido integrante de la iglesia mormona de Utah.
Los mormones no sólo le enseñan a sus miembros los principios del Evangelio sino que, además, les proponen una nueva forma de vida: ordenada, sin consumo de alcohol, cigarrillos ni drogas y con especial hincapié en la importancia de la familia. Realizan celebraciones similares a las católicas como el Bautismo, Casamiento y una vez a la semana la Santa Cena. Pero lo que más les importa destacar es que brindan educación y capacitación a los miembros más humildes para que puedan encontrar rápidamente una salida laboral y así mejorar su calidad de vida.
“Estamos muy preocupados por la juventud y por eso les proponemos diversas actividades a los jóvenes, como deportes y música, además de educación” dice Detlefsen, quien desmitifica la idea que muchos tienen de los mormones: gente rubia, de ojos celestes con una buena posición económica.
Además enseñan inglés a sus miembros para que puedan acceder a estudiar en las Universidades que tiene la Iglesia en Estados Unidos de manera presencial o a través de la web. “Nada es gratuito. Les damos préstamos a devolver hasta en 8 años con un interés del 7% anual para que aprendan que se debe pagar por un servicio, y con esos fondos ayudar a los demás” aclara Detlefsen.
Los feligreses son los que sostienen económicamente la Iglesia con el diezmo (el 10% del salario que perciben en sus trabajos particulares) y con eso se construyen templos como el majestuoso edificio ubicado en la calle Laplace al 5600 en Barrio Villa Belgrano en Córdoba.
Con esos fondos también realizan actividades solidarias: todos los meses alrededor de 30 personas donan sangre al Banco de la Provincia; entregan alrededor de 5 sillas de ruedas a CILSA , una ONG por la Inclusión de la Discapacidad y una vez al año realizan donaciones a alguna entidad pública. El año pasado hicieron sábanas para el Hospital de Urgencias y este año entregarán dos juegos de sábana por cama al Hospital de Niños, 240 frazadas e igual número de toallas (todo confeccionado en las congregaciones). A ellos se agregarán 12 mil pañales, 200 kits de higiene bucal y otros tantos de útiles escolares. “De esta manera no solamente predicamos lo enseñado por Jesús, sino hacemos obras concretas para ayudar a la comunidad” concluye Detlefsen.