Mujeres en cuarentena: cuidadoras de tiempo completo y sobrecarga de trabajo
Una encuesta reciente realizada por investigadoras del Conicet constató que el exceso de quehaceres domésticos y de cuidados atraviesa a las mujeres durante la cuarentena.
Una encuesta realizada recientemente por investigadoras del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) abordó a través de un cuestionario que respondieron 550 personas, la gran mayoría mujeres, a quienes se preguntó acerca del tema de los cuidados, usos del tiempo y trabajos desde que se inició la cuarentena.
El sondeo indaga sobre cuestiones como quiénes resienten los cuidados diariamente en contextos de emergencia, o sobre la percepción del trabajo cotidiano realizado, y arroja algunas cifras.
La mayoría de las mujeres consultadas sienten que son cuidadoras de tiempo completo, trabajan más y están más cansadas durante la cuarentena que antes de que dispusiera esta medida sanitaria. Además, la mitad duerme entre una y tres horas menos de las ocho necesarias para descansar adecuadamente, y se percibe mentalmente agotada.
“En contextos de pandemia, los cuerpos de las mujeres están sobreexigidos y sobreexpuestos a tareas de cuidado y a trabajos múltiples, permanentes y simultáneos”, señala Paola Bonavitta, investigadora del Conicet y una de las realizadoras de la encuesta, quien además integra un equipo de investigación en el Área de Feminismos, Género y Sexualidades (Femges), del Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC.
Para la especialista, la situación de aislamiento social obligatorio pone al descubierto y visibiliza la desigual carga de cuidados, y la acentúa aun más. “Las mujeres siguen asumiendo las viejas tareas del hogar y los cuidados, y ahora también las nuevas que aparecen con la pandemia, como la enseñanza en el hogar y seguimiento escolar diario de sus hijas e hijos, el cuidado de un familiar mayor que lo necesita, o el teletrabajo, que en la práctica habilita a la demanda permanente y sin horarios fijos”, apunta.
De acuerdo a los resultados, más de la mitad siente que durante la cuarentena cuida 24 horas por día y no tiene tiempo de descanso, y el cuidado de la familia es una de sus principales preocupaciones, junto con el sistema de salud del país. Además, señalaron que las actividades que mayor tiempo demandan son la limpieza de la casa en primer lugar, seguida de cocinar y cuidar a niños y niñas.
Las conclusiones se refieren a una parte de la población, compuesta mayormente por mujeres con estudios universitarios y empleo formal, quienes asumen por igual responsabilidades acordes a la división sexual del trabajo. “Un mayor capital simbólico y un trabajo formal en las universitarias quizás permite que puedan ver y ser más críticas con este exceso de trabajo de cuidados, pero en los hechos ese trabajo sigue repercutiendo en el cuerpo de las mujeres”, afirma.
Más carga en todo el mundo
El mayor grado de instrucción adquirido parece no influir demasiado en lo que, se asume socialmente, les corresponde a ellas.
Según la Encuesta sobre Trabajo No Remunerado y Uso del Tiempo (Indec 2013), la cantidad de horas diarias que las mujeres dedican al trabajo no remunerado –incluye tareas de limpieza del hogar, apoyo escolar y cuidado de personas– en Córdoba es similar entre quienes tienen estudios universitarios y de nivel primario (5.3 y 5.6 horas respectivamente).
A nivel nacional, las argentinas dedican diariamente casi el doble de tiempo (6.4 horas) que los varones (3.4 horas) al trabajo doméstico no remunerado, y además hacen el 75 por ciento de ese trabajo. La diferencia es aun mayor en la región, donde la brecha de tiempo se triplica, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) relevados antes de la pandemia.
La Organización de Naciones Unidas alertó recientemente sobre el impacto diferenciado y los “efectos desbastadores” que la crisis del covid-19 produce en las mujeres, y remarcó la necesidad de incorporar la dimensión de género en la respuesta sanitaria, destinando recursos para atender las demandas de mujeres y niñas.
“Las mujeres siguen siendo las más afectadas por el trabajo de cuidados no remunerado, sobre todo en tiempos de crisis. Debido a la saturación de sistemas sanitarios y al cierre de las escuelas, las tareas de cuidados recaen mayoritariamente en ellas, quienes, por lo general, tienen la responsabilidad de atender a familiares enfermos, personas mayores y a niños y niñas”, describe ONU Mujeres en una publicación reciente.
También la Cepal advirtió en un documento emitido el 2 de abril que la crisis sanitaria en curso pone en evidencia y profundiza “la injusta organización social de los cuidados en América Latina y el Caribe”, y marca “la excesiva carga de cuidados” que recae sobre las mujeres, aun mayor en los hogares de menores ingresos.
Teletrabajo y falta de esparcimiento
La encuesta también indagó sobre el tiempo destinado a la recreación durante el confinamiento. Para la mitad de las encuestadas (50,5%), el tiempo de esparcimiento y ocio no aumentó desde que se establecieron las medidas de aislamiento, y solo el 19% pudo aprender algo nuevo o tomar un curso.
“Hay una gran variedad de propuestas de talleres y cursos para hacer actividad física, visitar museos o escuchar recitales. En las redes sociales circulan coachings con consignas que instan a leer un libro, mejorar un idioma o adquirir una habilidad para ‘aprovechar’ el tiempo en cuarentena. Lo que vemos en la encuesta es que muy poca gente puede efectivamente incorporar estas nuevas actividades, y en realidad, si tienen tiempo ocioso, optan por otras alternativas, más convencionales”, describe Gabriela Bard Wigdor, correalizadora de la encuesta e investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (Ciecs), dependiente del Conicet y la UNC. En efecto, los consumos recreativos que más eligen las encuestadas son mirar películas (70%), escuchar música (62%) y leer (58,5%).
“Por más ofertas virtuales de actividades que nos ofrezcan -explica-, el tiempo real de disfrute no ha crecido”, y agrega que esa oferta no se ajusta a la realidad de la mayoría de las mujeres, entre quienes además “se mantiene la exigencia de un rendimiento laboral y profesional por lo menos igual al que tenían previamente, sin tener en cuenta que las condiciones son muy diferentes”.
Bard Wigdor se refiere a la situación de tener que trasladar el trabajo que ellas llevaban a cabo antes en el ámbito laboral a su propia casa, con el consecuente impacto que ello genera. Entre quienes respondieron la encuesta, el 70% dijo realizar teletrabajo durante la cuarentena, una modalidad que, indica, no permite “desconectar nunca”, y vuelve el tiempo “un tiempo indiferenciado”.
“El momento familiar y de ocio, y el momento de trabajo son ahora un tiempo corrido. Las tres jornadas laborales -empleo remunerado, trabajo en el hogar y comunitario- se vuelven un mismo tiempo, hacemos todo en simultáneo. El cansancio que señalaron las encuestadas tiene que ver también con esta nueva característica que el tiempo adquiere para las mujeres durante cuarentena. Se vincula no sólo con la cantidad de horas de trabajo, sino también con la superposición de tareas que antes estaban distribuidas y delimitadas temporal y espacialmente. No hay descanso, no hay fines de semana”, remarca.
En ese sentido, el cuestionario consultó sobre cómo impacta la rutina diaria en el cuerpo, y registró que predominan los estados de agotamiento y tensión, mientras que desde el punto de vista anímico se perciben más reflexivas (52%), mentalmente cansadas (48%) y angustiadas (36,5%).
Datos sobre la encuesta
Encuesta. Cuidados, usos del tiempo y trabajos en cuarentena. Cuestionario virtual realizado durante una semana en abril de 2020. Conicet. Autoras: Paola Bonavitta, doctora en Estudios Sociales de América Latina (CEA – UNC). Gabriela Bard Wigdor, doctora en Estudios de Género (CEA – UNC).
Muestra. 555 personas. El 88, 6% de quienes respondieron fueron mujeres cis. La mayoría superaba los 30 años.
Grado de instrucción. Más de la mitad (63%) tiene estudios universitarios y de posgrado: el 29% universitario completo, el 21,5% posgrado completo, y el 13% posgrado incompleto.
Empleo. El 58% tiene un trabajo formal. De ese grupo, la mayoría (71,3%) trabaja en relación de dependencia: Estado provincial (26%), empresas privadas (23%), Estado nacional (22%) y Estado municipal (10%).
Teletrabajo. La mayoría (69%) realiza teletrabajo o trabajo virtual desde su casa durante la cuarentena.
Informe de UNCiencia