Nuevas denuncias en torno al uso de suelos para emprendimientos inmobilarios
Pese a críticas, el municipio avanza con el ordenamiento territorial, urbano y ambiental de la ciudad. Vecinos afirman que el Estado destina recursos propios para mejorar la infraestructura de loteos privados.
En la tarde del jueves comenzó a tratarse en el Concejo de Representantes de Villa Carlos Paz el proyecto de ordenanza que aprueba la segunda etapa del Plan de Desarrollo Urbano Ambiental de los terrenos incorporados al ejido de la Ciudad de Villa Carlos Paz.
El proyecto, que requiere de aprobación en doble lectura, impulsa una ampliación de la zona de prestación de servicios, “alcanzando predios con fraccionamientos de características urbanas, colindantes con la actual zona de prestación y con determinación de normas edilicias para las mismas”.
La discusión de la norma ha sido precedida por nuevos planteos y reclamos de vecinos, quienes advierten sobre el avance de desarrollos inmobiliarios en zonas actualmente restringidas.
Además, aseguran que el Estado decide extender la prestación de servicios, así como obras de infraestructura, en loteos que aún no han sido reconocidos como tales, acciones que terminarán beneficiando a particulares interesados en emprendimientos.
Hacia la bahía
En particular, los vecinos señalan como ejemplo lo ocurrido en la costa sudoeste del lago San Roque, en la región limítrofe con las comunas de Villa Santa Cruz del Lago y Estancia Vieja.
Dicha región, formalmente anexada al ejido de Villa Carlos Paz, fue objeto de incendios en septiembre del pasado año.
En medio de denuncias y sospechas, el municipio serrano anunció el envío de un proyecto para impedir el avance de proyectos inmobiliarios en la zona. Más aún, aseguró que se mantendría como reserva, permitiéndose allí sólo desarrollos vinculados al turismo ecológico.
No obstante, vecinos han constatado que se completaron caminos que conducen a la bahía de Los Mimbres, donde funcionara en el pasado un parador y donde se realizaron fiestas clandestinas durante la pandemia.
Dichos caminos habían comenzado a trazarse antes de los incendios, lo que motivó denuncias de particulares afectados por el paso de las máquinas.
Aunque desde el gobierno carlospacense afirmaron que se trató de “un error del maquinista”, asociaciones vecinales de la zona sembraron sospechas al respecto.
Dichas sospechas tomaron otro cariz con la sucesión de incendios en el sector. Según interpretaron, la desaparición de buena parte de la vegetación de la zona permitiría un cambio en el régimen de uso de esas tierras, hasta entonces definidas como amarillas por la ley provincial.
En otras palabras, las llamas permitirían el avance de obras en el sector, ya sin violación a la norma y pese a promesas de no alterar el régimen vigente.