Mientras Argentina parece marchar inexorablemente y a juzgar por lo que ocurre en países vecinos, hacia la segunda ola de Coronavirus que además traen nuevas cepas, hoy estamos a las puertas de nuevos desafíos que no solamente se resolverán con la vacunación.

En su momento lo alertó el presidente Alberto Fernández en cadena nacional, ante una subida promedio de casos superior al 12%, de cara al frío y a las cepas de Brasil.

Pocas personas en el país pueden explicar con autoridad esta compleja coyuntura como Pedro Cahn, director de la Fundación Huésped, con décadas de trayectoria a cuestas en enfermedades infecciosas y, desde hace más de un año, integrante del comité de expertos del Ministerio de Salud de la Nación.

El Dr. Cahn fue entrevistado por Tiempo Argentino y dejó algunas definiciones importantes.

Respecto del balance que hace de este año de pandemia, el epidemiólogo señalo que “todavía no terminamos de metabolizar la sorpresa que significó para todo el mundo la aparición de esta pandemia. Fue una prueba de esfuerzo para todos, para el Estado, para la sociedad y sobre todo para el sistema y los trabajadores de la salud. Los ciudadanos tuvimos que adaptarnos a cosas tan duras como tener que quedarnos en casa, no poder abrazar a los seres queridos, dejar de reunirnos durante mucho tiempo, y mucha gente la pasó muy mal en lo laboral. Al mismo tiempo, como suele suceder con las crisis, puso de manifiesto lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros: aquel que era solidario y batallador se volvió más solidario, y aquel que era más miserable y egoísta mostró su peor cara. Por otro lado, dentro de la catástrofe, lo único bueno es que ocurrió ahora y no hace 20 años, con los avances de ese momento no hubiéramos podido estar discutiendo qué vacuna nos aplicábamos. Cuando pase todo esto, si es que en algún momento logramos controlar efectivamente la pandemia, tenemos que pensar muy bien qué cosas que pasaron no pueden volver a pasar, y qué costumbres y hábitos que incorporamos hay que mantener, como la higiene de manos. Durante un largo tiempo habrá que seguir usando el barbijo. La ventilación de los ambientes es un tema a prestarle mucha atención. Cuando empezaron las medidas, hace un año, nadie imaginó que un año después íbamos a estar discutiendo en qué momento hay que reponerlas, si es que hay que hacerlo.”

Sobre los factores que definen la llegada de la segunda ola, Cahn dijo que “Cuando uno mira lo que pasa alrededor, en Chile, Uruguay, Paraguay y Brasil, es muy difícil pensar que no nos pueda pasar a nosotros. Inciden un par de factores: primero, el aumento de la movilidad. El virus no viaja solo. Hay muchos contagios intrafamiliares, fruto de reuniones cerradas que no deberían hacerse. Y hay un factor agravante: las variantes virales, mucho más transmisibles persona a persona. Estamos en una carrera desigual, porque el virus empieza a mutar antes de que la gente esté vacunada. En Brasil, que es el perfecto ejemplo de lo que no debe hacerse, con la falta de conducción centralizada del Ejecutivo nacional, con campañas antivacunas y anticuidados, y felicitando las marchas anticuarentena para desesperación de los gobernadores, el resultado es de 3000 muertos por día, que son los que se conoce, seguramente habrá más.

El especialista en enfermedades infeccionas también fue consultado sobre la forma de evitar la llegada de las nuevas cepas, sobre lo que explico que “Las fronteras, según dice el Ejecutivo, tienen una circulación limitada de gente. La medida completa, que sería cerrar las fronteras, no se decreta porque sería un mazazo más a la economía. Acá hay una tensión entre la necesidad sanitaria y la económica. Si la respuesta fuera todo sanitaria a partir del lunes no sale nadie a la calle, y la pandemia la controlamos, solo que eso es imposible. Esta semana toda la región de París está con cierre total con fuerzas militares en la calle, para impedir que la gente salga. Los cierres totales son inaplicables. Podés hacerlo solo por 24 horas, y no sirve para nada. Los viajes de egresados, en cambio, podrían evitarse perfectamente. El Ejecutivo tiene poder para hacerlo. Estamos en pandemia, hay gente muriendo, y vos me estás hablando de que vas a un viaje de egresados… Diferenciemos lo que es sustancial. ¿Te vas a Buzios a la playa? No es el momento para hacerlo. A juzgar por los efectos, parecería que las variantes sudamericanas, de las cuales no poseo aún evidencia de que tengamos transmisión comunitaria en el país, son preocupantes, porque se ve claramente afectada la efectividad de algunas vacunas, por lo menos la de AstraZeneca. La variante de Manaos ha aparecido en algunas provincias: Tucumán, Santa Fe y Córdoba. Y es muy contagiosa. Eso significa que vas a tener más casos. Si se da en la población joven, es probable que el impacto desde el punto de vista de la saturación del sistema sanitario, que fue el gran fantasma que estuvimos combatiendo el año pasado, no sea tan importante. Pero si esos jóvenes lo trasmiten a personas en población de riesgo, ahí estamos en un problema serio.

A Pedro Cahn se le preguntó también sobre un potencial regreso al confinamiento de hace un año y el médico manifestó que “la sociedad no es la misma, porque hay un grado de agotamiento muy grande. Además, evidentemente, y en forma lamentable, esto se ha transformado en una cuestión política. Se usa la pandemia para hacer política y se atacan las medidas. Si suben los casos, es culpa del Ministerio de Salud; si ponen limitaciones para que no suban, es una "infectadura" que anula las libertades de las personas. Es muy difícil manejar las cosas así. Por otro lado, una enseñanza que nos deja el año pasado es que no tenés que tomar las mismas medidas de Usuahia a La Quiaca al mismo tiempo. Ya no hacen falta cuarentenas tan largas. Con diez días de aislamiento sabemos que es posible controlar gran parte del fenómeno, y por ahí necesitás hacerlo en Buenos Aires y no en Tucumán, o viceversa. Habrá que tomar esos lugares donde haya rebrotes. Pasa que este es un país que desde Cavallo hasta adelante tiene federalizada la salud y la educación, y las medidas finalmente las toma cada provincia. Si no contás con el acuerdo de la gobernación o la jefatura de gobierno de la ciudad es muy difícil implementar un plan nacional.”