Polémica en torno a los edificios Morena: vecinos denuncian engaños
Propietarios de los inmuebles denunciaron una serie de irregularidades en torno a las escrituras y la administración. La empresa asegura que los inconvenientes surgen por la falta de pago de expensas.
Un grupo de propietarios y propietarias de los edificios Morena, ubicados en distintos puntos de la ciudad, protestó frente a las oficinas de la desarrollista y denunció irregularidades. Principalmente, critican que, a diez años de haber adquirido los inmuebles, no pueden escriturar.
Daniela Pavón, una de las damnificadas, explicó a Canal 10 que, además del problema de las escrituras, hay "muchos problemas edilicios" y "llegan expensas con conceptos inventados". Esto se suma a que la desarrollista Britos y Asociados administra todos los edificios.
Varios adquirieron sus departamentos en 2010 y hoy, más de diez años después, no pueden obtener su escritura y les niegan el final de obra. "Somos 200 propietarios perjudicados. No podemos escriturar. Nosotros pagamos mensualmente las expensas", lamentó Estela Olmos, otra vecina damnificada.
Además, los propietarios averiguaron y los edificios tienen deudas municipales y provinciales acumuladas pese a que ellos pagan las expensas.
La respuesta de la empresa
Mariano Britos, director de la empresa, aseguró a Canal 10 que cuando entregaron los edificios los entregaron "con todas las deudas al día". Y aclaró que la cláusula del boleto compra-venta indica que, a partir de la entrega, es a cargo de los consorcistas poder pagar las expensas".
Desde la desarrollista indicaron que las deudas provinciales y municipales son culpa de "la morosidad en el pago de las expensas" y que es por eso que no se puede tramitar el final de obra.
"Acá no hay empresas fantasmas ni nada por el estilo", aclaró Britos, y explicó que en su rol de administración de los edificios atienden las necesidades inmediatas (seguros, limpieza, mantenimiento). Eso no incluye las contribuciones municipales ni provinciales.
El empresario explicó que la deuda es de entre un 30 y 40 por ciento, lo que "hace imposible cumplir con el fisco de municipio y provincia".
"A nosotros nos corresponde hasta que entregamos el bien. A partir de ahí dejamos de tener implicancia; los dueños pasan a ser la gente que compró. Nos vamos a poner dinero de algo que no nos corresponde. Lo únicos que hacemos es administrar para llegar al fin de obra", concluyó Britos.