Secta Yogui: los condenaron a 25 años de cárcel por trata y explotación sexual a sus fieles
Funcionaba bajo la fachada de cursos de yoga. Los condenados son Silvia Cristina Capossiello; Sinecio de Jesús Coronado Acurero, y Luis Antonio Fanesi. Están acusados del delito de trata y explotación sexual y laboral, y supresión y adulteración de identidades de menores.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal 1 de la ciudad de Mar del Plata condenó a penas de entre 25 y 6 años de prisión a tres integrantes de una secta "Yogui" acusados del delito de trata y explotación sexual y laboral, y supresión y adulteración de identidades de menores.
La misma funcionaba en un hotel, bajo la apariencia de dictado de cursos de yoga y "espiritualismo". Captaban personas en estado de vulnerabilidad, ya sea por la edad, el contexto familiar, recursos económicos o de educación.
Segun informan medio de Buenos Aires, a los fieles se los reducía a la servidumbre con el objetivo de explotarlos económica y laboralmente. Y se los obligaba a mantener relaciones sexuales entre ellos la excusa de ser un “aprendizaje sexual”, sin importarle que fueran menores de edad y los filmaba mientras lo hacían.
En el hotel además aseguran haber visto o sufrido palizas, golpes, estar colgados de una soga por un largo rato, asfixias con agua, simulacros de fusilamientos, picana eléctrica, entre otros tormentos.
Los magistrados adelantaron este mediodía la parte resolutiva de su veredicto, y consideraron que en el juicio desarrollado durante más de ocho meses quedó acreditada la responsabilidad penal de Silvia Cristina Capossiello, sentenciada a 25 años de cárcel; Sinecio de Jesús Coronado Acurero, condenado a 14 años, y Luis Antonio Fanesi, a 6.
Los delitos de "trata de personas con fines de explotación sexual y laboral" en perjuicio de diez víctimas, "alteración de la identidad" de siete menores y "acopio de armas".
Todos los crímenes fueron cometidos en el marco de una organización que funcionó desde 1970 en Venezuela y Argentina, y que fue desarticulada en julio de 2018 en su sede del Hotel City, en pleno centro marplatense.
Todo se destapó gracias a una denuncia anónima presentada en julio.