Sentipensamientos: La Yo No Fui
Como todas las semanas, leemos "Las 24 de Manolo". La columna del periodista Manolo Lafuente, en líneas.
Por: Manolo Lafuente
“Tantas cosas ya se han ido al cielo del olvido…” dice María Elena
Walsh en su “Vals del diccionario”. Y eso es lo que quiere creer que nos
pasa a los electores hasta el más ignoto candidato a concejal suplente de
Agua Hedionda, Córdoba. O de Oro, Córdoba. Bifronte, siempre.
Lo digo porque prometen cosas irrealizables olvidando que ya no las
realizaron si son oficialismo, o que ya han sido prometidas, si oposición.
Lo del oficialismo, al menos, está a la vista y no hay como ocultarlo.
En cambio, lo de la oposición podría recibir el beneficio de la duda.
Podría, pero no puede. Ambrose Bierce, define: “oposición es el
partido que impide que el gobierno se desenfrene”. Y contó que el rey de
Ghargarou designó para legislar sobre la recaudación de impuestos a
cuarenta súbditos, los nombró Partido de la Oposición y los instruyó :
debían oponerse a toda iniciativa regia. Sin embargo, el primer proyecto
puesto a votación fue aprobado por unanimidad. El rey lo vetó, y los
cuarenta opositores se hicieron el harakiri. Entonces el Primer Ministro hizo
embalsamar y rellenar de paja los cadáveres de los opositores y los clavó a
las bancas legislativas. Luego, cada ley fue aprobada con cuarenta votos en
contra, y la nación prosperó. Pero un día el ejecutivo remitió un proyecto de
impuesto a las verrugas y fue derrotado ¡a nadie se le había ocurrido
clavar también a sus bancas a los legisladores oficialistas! Y el gobierno del
pueblo, por y para el pueblo, desapareció de Ghargarou para siempre.
Por estos pagos de nunca acabar (al FMI) candidatos oficialistas y
opositores podrían confluir en una agrupación.
“La yo no fui” cantaría al unísono “¡Hasta la excusa siempre!”, de nunca acabar DE PAGAR (al FMI)