Las Sierras de Córdoba esconden numerosos vestigios y señales de nuestros pueblos originarios y siguen siendo territorio donde la descendencia de estos primeros pobladores, sigue plenamente vigente.

Nombres emblemáticos y con significados para descubrir, como lo es Colanchanga, como se llama esta pequeña población de unos 100 habitantes permanentes, entre el Dique La Quebrada y el Camino del Cuadrado, a menos de una hora de Córdoba Capital.

Y, aunque sus pobladores tributan y reciben servicios de la Municipalidad de Río Ceballos, esta población está en una suerte de “zona gris”. “Estamos dentro de la Reserva La Quebrada y es territorio provincial”, explica a cba24n.com.ar Christian Toto Dománico, presidente del Centro Vecinal de ese paraje.

Foto: Bernardo Monis
Foto: Bernardo Monis

El Centro Vecinal se ha transformado en la representación de los vecinos y es la que ha tomado iniciativas para cuidar la zona, conservar sus atractivos y hasta promover un predio que oficia de plaza y lugar de encuentro.

Foto: Bernardo Monis
Foto: Bernardo Monis

El lugar es ampliamente visitado por los amantes del trekking y del mountain bike, y por visitantes que van los fines de semana a disfrutar del río, que luego desemboca en el Dique. También son muy tradicionales las caminatas a las cascadas; Los Cóndores, Los Guindos y Los Hornillos.

Vestigios y señales de los pueblos originarios

Como ocurre en otros puntos de las sierras, existen señales de los pueblos originarios, al aire libre, que convierten a estos sitios en verdaderos museos a cielo abierto. De ambos lados de las sierras, los Comechingones tuvieron su vida, sus pueblos y actividades, cientos y miles de años atrás.

Por ello, durante años se han encontrado y se siguen encontrando “materialidades” que dan cuenta de ese pasado prehispánico: vasijas, puntas de flecha, morteros, entre otros utensilios. Colanchanga no es la excepción y, a metros del vado que es lugar de encuentro y paseo, es posible visitar un mortero comechingón que se encuentra perfectamente confeccionado sobre una piedra.

Foto: Bernardo Monis
Foto: Bernardo Monis

“Hay varios morteros y señales de nuestros pueblos originarios en esta zona; algunos se pueden visitar en caminatas y otros, pese a que sabemos que están, no hemos logrado acceder; están en zonas menos accesibles”, explica Christian.

“Este mortero fue fichado por Patrimonio de la Provincia en la década de 1950 como sitio arqueológico de interés. Pero estaba poco visible y sin señalización, hasta que nosotros limpiamos el lugar y le pusimos un cartel”, remarca el presidente del Centro Vecinal al destacar que esto promovió un mejor aprovechamiento del monumento, para quienes lo quieren visitar y para celebraciones como la de la Pachamama.

Foto Gentileza: Centro Vecinal de Colanchanga
Foto Gentileza: Centro Vecinal de Colanchanga

Además, indicó que este mortero está solo en el lugar, por lo que dice que en la zona estiman que “habría pertenecido a un chamán, hechicero o alguien que preparaba medicamentos”, ya que en otros casos “aparecen varias bocas juntas, de uso comunitario”, destacó.

Puntualmente sobre el mortero al que se hace referencia, especialistas consultados confirmaron que es anterior a la llegada de los españoles al continente y que es probable que supere los 1.000 años de antigüedad.

Colanchanga, Córdoba

Colanchanga y su significado aborigen

El mismo nombre del lugar tiene su significado aborigen: “Fuimos recuperando el significado del nombre gracias a los testimonios de los vecinos más antiguos y de especialistas que nos han colaborado”, dijo Dománico y afirmó que el mismo alude a las condiciones del relieve y al paisaje de la zona, además de un ave que es emblemática en el lugar.

“Colanchanga significa ‘la hembra del jote descansando en las corrientes aéreas’”, indicó. 

El lugar tiene marcados desniveles, en el camino que trepa desde el lugar hasta el Camino del Cuadrado y es reflejado en esta denominación.

Foto: Bernardo Monis
Foto: Bernardo Monis

El pasado aborigen en las Sierras de Córdoba

“Hay diferentes dataciones, unas que vienen de las memorias indígenas y otra cuestión es la que nos indica la ciencia”, explica a cba24n.com.ar el antropólogo José María Bompadre. “Hay miembros de comunidades acá en la provincia que hablan de poblamiento ancestral de 15 mil años, mientras que en la arqueología hablan de un poblamiento temprano de 10 mil u 11 mil años hacia el pasado”, destacó.

Bompadre señaló que algunos historiadores describen que desde hace dos mil años se comenzó a definir un “horizonte agro-alfarero”, el que se fue configurando durante el tiempo y al momento de la llegada de los españoles se encontraron con estos grupos que mantenían relaciones de parentesco, intercambios comerciales, eran cazadores, recolectores, agricultores o se dedicaban a la domesticación de animales, entre otras prácticas que se conformaron hace unos ochocientos años.

Foto: Bernardo Monis
Foto: Bernardo Monis

En ese sentido, explica que “comechingones” es una denominación que impusieron los españoles cuando llegaron a estos territorios, hace 500 años. Desde ese momento, fueron desarticulando estructuras y pueblos que tenían sus propios nombres y que ahora en la actualidad los conocemos como “pueblos comechingones”. 

“Los marcaron como comechingones, pero ninguno se identifica así, porque en rigor, no se llamaban comechingones”, aclaró Bompadre.

Con respecto de los morteros, aseguró que “generalmente se encuentran de a tres o cuatro juntos, porque eran de uso comunitario”. En general, la mayoría de morteros se encuentran en zonas cercanas a los ríos, por el aprovechamiento del agua, y se usaban para la molienda de distintos productos naturales, alimentos, tinturas, entre otros usos cotidianos y culinarios. 

Explicó además que “en todas las comunidades había personas que curaban y que tienen un nombre específico en su propia cultura”. En ese sentido, señaló que "luego las ciencias los han llamado chamanes, que es una denominación que viene de Rusia, hechiceros e incluso curanderos”. “Son personas que curan y tienen un reconocimiento simbólico y espiritual sumamente importante”, describió.

Finalmente, es bueno señalar que como ocurre en otros puntos de las serranías cordobesas, hay varios sectores y paseos en Sierras Chicas donde se han hecho importantes hallazgos. Los hay en Agua de Oro, Salsipuedes, La Granja, Villa Cerro Azul, Ascochinga, Río Ceballos, Villa Allende, Saldán, La Calera, Unquillo, entre otros sitios, además del descubrimientos de otras materialidades y restos óseos que hablan del pasado. Igualmente, muchos no están señalizados, como tampoco es tan común poder bajarse del auto, hacer unos pocos pasos y poder ver una de estas magníficas expresiones del pasado, como ocurre en Colanchanga.