Una mujer trans y un hombre se casaron por iglesia
Victoria y Pablo se casaron en una parroquia en Ushuaia. Aunque el matrimonio no fue inscripto porque el derecho canónico lo impide, el párroco local afirmó: "la Iglesia es de todos, y cuando digo todos, son todos".
Una mujer trans y hombre lograron casarse en una iglesia católica. La ceremonia fue en la Parroquia Nuestra Señora de la Merced en Ushuaia el sábado por la noche.
Los novios fueron Victoria Castro, de 46 años, y Pablo López Silva de 54 años. Victoria afirmó a Télam que su casamiento fue "muy significativo para el colectivo LGBTIQ" porque la Iglesia "es un lugar que se nos venía negando, como tantas otras cosas". Ella decidió no casarse vestida de blanco. En su lugar, prefirió usar un vestido negro en memoria de "las compañeras que no pudieron cumplir este sueño".
La pareja es creyente practicante aunque reconocieron que se habían alejado de la iglesia cuando comenzaron a impedirles comulgar o confesarse. Para Pablo, el casamiento significó "un acto de reconciliación y un regreso a casa, en este caso la casa de Dios".
"Si esta familia que tenemos con Pablo no fue construida desde el amor y con la mano de Dios, entonces que me digan dónde está Dios. Porque Jesús miraba a las personas más allá de su condición. Esa es la iglesia que queremos", fundamentó Castro.
"Hablamos con el padre Fabián, con la idea de hacer esta ceremonia, y él aceptó. Nos dijo que solo evalúa de las personas su capacidad de amar. Por supuesto hizo consultas con el Obispado, pero personalmente siempre se mostró predispuesto", relató Victoria.
Aunque la ceremonia se realizó, el casamiento no quedó inscripto debido a que no está permitido por el derecho canónico.
Victoria y Pablo están casados por civil desde 2011. Victoria Castro contó que vive en la ciudad fueguina de Río Grande desde febrero de 2011, luego de haber conocido a su marido en Buenos Aires y de haber decidido mudarse en pareja a Tierra del Fuego.
Si bien por entonces mantenía su género masculino, en 2013 decidió "comenzar su proceso de transición" hasta optar por el género femenino. Ella comenzó a trabajar en el municipio de Río Grande donde llegó a ser coordinadora de Desarrollo Humano y directora de Participación Vecinal, mientras que él es psicólogo y docente.
La pareja tiene tres hijos: dos de 16 y uno de 19 años que adoptaron cuando tenían 9 y 11 años.