El juez se burló de la monja imputada por abuso y tuvo que apartarse
En la causa se investigan casos de abuso sexual en el instituto al que asistían niños hipoacúsicos.
El presidente del tribunal a cargo del juicio que se sigue por abusos sexuales en el Instituto Próvolo de Mendoza presentó hoy su inhibición para continuar en el debate, luego de que la defensa de la monja japonesa Kumiko Kosaka presentara ayer una denuncia contra el magistrado y algunos fiscales tras recibir copias de un chat de WhatsApp donde se burlaban de la mujer y hasta decían que eran "amantes".
La acusación de los defensores sostiene que el juez Horacio Cadile integra un grupo de chat privado en la aplicación WhatsApp junto a algunos fiscales mendocinos que, según las capturas de los mensajes intercambiados y filtrados ayer, habría respondido, en tono de broma: "Kumiko y yo somos amantes".
El escándalo judicial obligó al presidente de la Suprema Corte, Dalmiro Garay, a abrir un sumario a fin de investigar la denuncia de los representantes legales de Kumiko Kosaka.
También el procurador general, Alejandro Gulle, hizo lo propio con todos los fiscales que habrían participado de la charla.
Cadile pidió disculpas hoy en un comunicado y explicó que "las expresiones contenidas en el mencionado grupo de WhatsApp corresponden a un ámbito absolutamente privado y conformado por un grupo de personas consideradas amigas y que en ese contexto deben ser tales expresiones interpretadas".
Desde la querella, el abogado Sergio Salinas se mostró tranquilo por el auto apartamiento del juez debido a que "el juicio continúa, dado que ya estaban previstos dos suplentes ante cualquier eventualidad".
La monja japonesa de 46 años está acusada por los delitos de abuso sexual agravado, corrupción de menores y partícipe primaria por omisión, y es la única imputada que llega al juicio con prisión preventiva domiciliaria, mientras que el resto está en libertad.
Fuente: Télam