La siniestralidad vial se consolida como uno de los principales flagelos en los centros urbanos de Córdoba.

Según datos relevados por la Dirección del Observatorio Vial de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, Córdoba es la segunda provincia en materia de siniestralidad vial.

La situación se redimensiona considerando conceptos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La entidad sostiene que una enfermedad con una tasa de mortalidad mayor a 10 debe ser considerada una epidemia. En Argentina, la tasa de mortalidad en todo tipo de siniestros viales es de 12.3; en Córdoba esa cifra asciende a 15.3.

Del total de muertes ocurridas en los caminos de la provincia durante el año 2019, un 44,5% involucró a motociclistas.

Ya en 2020, y pese a la vigencia de restricciones para desplazamiento por causa de la pandemia, dicho índice descendió sólo cuatro puntos.

Capacitación

"La prevención y la fiscalización son primordiales, ya que las estadísticas señalan que sólo el 58,3% de los ocupantes de las motos que circulan en la provincia de Córdoba cumple con el uso del casco", remarcan desde la Fundación Gonzalo Rodríguez.

Integrantes de dicha ONG, referente internacional en seguridad vial, brindaron en Córdoba la capacitación Conducción Segura en Moto, de la que participaron más de 45 responsables de emitir las licencias de motos de 35 ciudades y municipios cordobeses.

La iniciativa, que cuenta con el apoyo y certificación oficial de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), es parte del programa integral de formación que la Fundación realiza en la Argentina desde hace un año.

Durante la capacitación, especialistas y participantes coincidieron en señalar a la educación vial y a la aplicación de controles rigurosos como pasos esenciales para reducir la pérdida de vidas.

Las conclusiones de dichas jornadas apuntaron a reforzar el trabajo sobre cuatro ejes: Formación (continuar capacitando a todos los actores sobre normas de tránsito y exámenes más exigentes para obtener la licencia); Infraestructura (trabajar en forma conjunta para la mejora de caminos, rutas, señalética, semáforos); Vehiculos más seguros (exigir verificaciones técnicas para comprobar el buen estado de la motocicleta); Fiscalización (incrementar los controles de las normas de tránsito y la verificación de la documentación obligatoria). 

"Trabajamos sobre todo sobre los factores de riesgo, para que el conductor entienda cuál es el riesgo que corre. Trabajamos para darles más herramientas a los conductores. Ellos son los destinatarios finales. No sólo hay que entender las señales de tránsito, sino todo el riesgo", sintetizó María Fernanda Rodríguez, titular de entidad.