El presidente de los Estados Unidos firmó este jueves una orden ejecutiva cuya finalidad ulterior apunta a limitar la inmunidad con que cuentan las compañías de redes sociales respecto de los contenidos que los usuarios comparten en sus plataformas.

La medida es interpretada como una nueva ofensiva de Donald Trump contra grandes compañías tecnológicas, como Twitter y Facebook, pese a ser un asiduo usuario de ambas.

De hecho la iniciativa llegó horas después que Twitter “moderara” una serie de tuits emitidos desde la cuenta del presidente, a la que señaló como “información dudosa” y para la cual recomendó añadir otras opiniones.

La orden acusa a las redes sociales de censura selectiva y pide a las agencias federales una revisión de la sección 230 de la ley de Decencia de las Comunicaciones, sancionada en 1996, que protege a las compañías tecnológicas del contenido creado por los usuarios.

Dicha norma brinda inmunidad a las plataformas respecto de reclamos que pudieran hacerse por daños civiles, cometidos por expresiones provenientes de personas usuarias de sus redes, al tiempo que les otorga la facultad de regular o moderar los discursos que transcurran por las propias plataformas.

Por ello, Trump ordena a los reguladores federales que revisen las “prácticas injustas y engañosas” que cometan las mencionadas compañías, lo que podría hacerlas susceptibles de sanciones económicas.

De igual manera, les solicita que analicen las prácticas editoriales de las redes sociales, bajo sospecha de una ausencia de ecuanimidad.

Finalmente, apunta a la inversión de dinero federal en publicidad “para asegurar que los dólares del contribuyente no vayan a ninguna compañía que reprime la libertad de expresión

“No existe un precedente en la historia de Estados Unidos en que un número tan pequeño de corporaciones controle una esfera tan grande las interacciones humanas”, indicó el mandatario.
Trump también apuntó que “las grandes tecnológicas hacen todo lo que les permite su considerable poder para censurar de cara a las elecciones de 2020”.

Reacción

Las primeras reacciones a la iniciativa de Trump remarcaron que la regulación del funcionamiento de las redes sociales no está en la competencia del Ejecutivo estadounidense .

Por el contrario, enfatizaron desde ONG´s vinculadas a la defensa de derechos, la interpretación corresponde a los tribunales. En caso de querer cambios, recuerdan, el ámbito de elaboración y sanción de leyes es el parlamentario.

En diálogo con Canal 10 el docente universitario Martín Becerra destacó que la normativa en cuestión puede ser inadecuada para el funcionamiento actual de Internet y, especialmente, de las plataformas.

"Efectivamente, sea a través de algoritmos o a través de decisiones tomadas por personas, las redes sociales filtran contenidos, remueven cuentas, también restan o suman, con criterios variables en el tiempo, visibilidad a los contenidos de terceros. Sobre esas reglas de juego de las plataformas ya desde hace mucho tiempo se insiste, en muchos países, que deben ser discutidas", amplió el también investigador del Conicet.

Para Becerra, el decreto de Trump vuelve a "patear el hormiguero".

"La orden de Trump lo dice. Como son plataformas que vehiculizan buena parte de la conversación pública, y de los flujos de información pública, es lógico que sus reglas de juego sean revisadas a la luz del uso contemporáneo que tienen las redes. Si las compañías dueñas de las redes alteran el funcionamiento de derechos básicos, tiene lógica que haya, por parte de los poderes públicos, advertencias", desmenuzó.

"Es un avance en la visibilización de este tema. Por supuesto que hay quienes, con asidero, descreen de Trump. Pero el decreto pide revisar unas reglas de juego que son de 1996 y probablemente sean ya anacrónicas respecto de los usos actuales de Internet", rubricó.