Conocer a Perón, una tarea compleja: destierro y relato de un regreso histórico
Abal Medina hace un repaso por el complejo proceso que desembocó en el retorno de Perón en 1972. El texto contrarresta imágenes instaladas sobre su tercera presidencia. “Creo que el valor importante que tiene el libro de mi padre es que se trata del rescate de un Perón humano, que se contrapone al discurso hegemónico que ve en él una persona maquiavélica y oscura”, dice en esta entrevista el exjefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner.
Destierro: pena que consiste en expulsar o hacer abandonar a una persona su país o el lugar donde vive, normalmente por motivos políticos. La definición la brinda el diccionario en español de Google, proporcionado por Oxford Language.
Muy similar a la que Juan Manuel Abal Medina (1 de marzo 1945, Buenos Aires) ensaya en Conocer a Perón. Destierro y regreso (Planeta, 2022) marcando el contraste con exilio. No es una cuestión meramente lingüística. O sí, más que nunca ¿acaso no es la política la disputa general por el lenguaje?
La distancia que se abre entre destierro y exilio es de orden cualitativo. El exilio representa todavía una última opción; el destierro es la falta absoluta de ellas.
Atento a estos matices, con sobriedad en el tono y en los juicios, Abal Medina (uno de los “alfiles” que hizo posible que el General Juan Domingo Perón pisara suelo argentino el 17 de noviembre de 1972, después de 17 años de destierro) logra algo heterodoxo: que un repaso histórico, una narración objetiva sobre hechos y personajes, muestre al mismo tiempo una faceta íntima: en el texto están sus convicciones de militancia, el origen político vinculado al nacionalismo, su educación en el Colegio Nacional Buenos Aires y el drama familiar: el asesinato de su hermano Fernando -23 años-, fundador de Montoneros.
En contacto para esta nota, el exjefe de Gabinete (2011-2013) de Cristina Fernández de Kirchner, Juan Manuel Abal Medina (hijo) comparte su reflexión general sobre lo que significa el libro de su padre, dentro de la extensa variedad de lecturas que la tercera presidencia de Perón habilita. “Creo que se trata de una mirada centralmente sincera. No esconde nada. Creo que el valor importante que tiene el libro es el rescate de un Perón que estaba oculto. Un Perón humano que se contrapone al discurso hegemónico de que el Perón que vuelve es una persona maquiavélica y oscura”.
“Este aporte humano del General creo que es lo que le da al libro una diferencia”, dice Abal Medina sobre el texto de su padre. La sexta edición de Conocer a Perón ya está en imprenta. Es más que el boom modesto y digno de un libro político en un año electoral.
El tercer Perón
Muchas de las imágenes comunes que la década del 70 supone son puestas en cuestión por Abal Medina. Un Perón manipulador, maquiavélico, con muy pocas pulgas. Con distintas fuentes, Abal Medina va contra ese arquetipo del “tercer Perón”.
“El que vuelve es un Perón por la paz y la unidad”, escribe Abal Medina padre. Su deseo siempre estuvo orientado hacia el restablecimiento de las instituciones políticas. “El regreso, el uniforme, la presidencia”.
Desde 1971 Abal Medina comenzó a trabajar intensamente junto a Perón, llegando a realizar tres o cuatro veces a la semana el tramo Buenos Aires-Madrid. El operativo retorno era también un desafío del tiempo. Sectores militares y políticos jugaban a dilatar la posibilidad del regreso, pensando que el avance natural de la vejez le quitaría el entusiasmo a Perón. El General finalmente aterrizó en el país con 77 años.
“Desde hacía por lo menos un año, a mí me daba vueltas por la cabeza una cuestión. Los planes militares de apertura democrática especulaban con la edad y la salud del General y todos los actores de ese sector, de manera más o menos explícita en las reuniones de los mandatos, trataban de ganar tiempo, avanzando hacia un futuro que imaginaban con un Perón disminuido”, se lee en Conocer a Perón.
Sin embargo, el regreso se proyectaba como algo inevitable (17 años de proscripción al líder de la mayoría electoral, quien por su parte supo tramar con paciencia y astucia condiciones cada vez más favorables) y al mismo tiempo se proyectaba como algo imposible (Lanusse no creía, incluso cuando el avión se disponía aterrizar en Ezeiza, que a Perón le diera “el cuero”). Es el regreso de un mito.
Cuando el autor busca en su biografía la primera aparición del peronismo, recuerda siempre el malestar que ese ismo generaba en su hogar. El rechazo de la madre y de las tías, el disimulo desapasionado del padre. De ese seno surge una de las personas que compone esa foto repetida en miles de planos distintos, una foto de línea de tiempo:
Un lienzo de las pasiones, un Caravaggio en blanco y negro: el paraguas de José Ignacio Rucci, el líder con brazos en alto, el tapado y las gafas de Isabel, López Rega saliendo en todas las fotos medio agazapado, como si ninguna toma pudiera captarlo íntegro. “Regresar era la victoria”, algo en lo que coincidían todos dentro del movimiento.
En tiempos de crisis de representación como el que vivimos, su padre apela a conceptos como Patria o Nación, términos que algunos buscan pasar como demodé. Sin embargo, creo que son centrales para cualquier desarrollo.
Abal Medina- Absolutamente. La idea de Patria y Nación fueron las ideas centrales del General. La Patria es el apotegma del peronismo. A pesar de todo lo vivido, de los agravios, el destierro y los muertos, Perón vuelve con la intención de buscar la unidad nacional.
Fernando había tomado un camino distinto, un camino que mi viejo nunca eligió. Pero creo que mi viejo siempre continuó trabajando por el legado de mi tío Fernando: ese legado no era otro que la vuelta de Perón al país. Lo cierto que la proclama original de Montoneros era esa: el regreso del General a la Argentina
El talante del texto discurre por lo íntimo. Se lee muy bien en el libro esa necesidad de “dar testimonio” (de hecho, así titula el primer capítulo). Una necesidad que es previa al proyecto de libro. ¿Cuál cree que es la naturaleza de esa necesidad?
Abal Medina- En primer lugar, el reclamo nuestro, el pedido de sus hijos. La proximidad de la efeméride también lo impulsó a escribir: en 2022 se cumplieron 50 años del regreso de Perón. Pero sobre todo, él se sintió en la necesidad de reivindicar la figura del General. Cuando muchos piensan en el Perón de los setenta, lo vinculan erróneamente con la Triple A, el “Perón que es manejado por López Rega”, en fin… son las imágenes que se instalaron. Mi viejo, que fue muy cercano al General desde 1971, vio una persona muy distinta. Creo que por eso él sintió la necesidad de dar testimonio sobre el Perón que conoció.
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