Durísima crítica de la Iglesia por la crisis social y la falta de empatía al Gobierno de Milei
"Aparece un enorme grado de insensibilidad social por parte de las autoridades en las medidas de ajuste, aunque más gravemente preocupa la cultura del odio y del individualismo extremo generado”, expresó el Episcopado.
En el marco de la Semana Santa y la celebración de la Pascua, la Iglesia Católica criticó duramente el modelo económico del presidente Javier Milei. La Comisión Nacional de Justicia y Paz, un organismo conformado por laicos que depende del Episcopado, emitió un duro comunicado en el que advierte por la terrible situación que están atravesando millones de argentinos.
En el mismo, se manifiesta la pérdida masiva de puestos de trabajo, el ajuste sobre jubilados y pensionados, la caída de la actividad económica, entre otras cosas.
A la vez, el documento indica que “mientras se advierte un clima de altísima fractura social y polarización con reiteradas expresiones de ‘alegría’ en las redes sociales frente a dramáticas situaciones de despidos, con una agresividad social”.
La Iglesia sostiene que en Argentina hay “preocupantes informes que dan cuenta de la multiplicación de situaciones que afectan la subsistencia de miles de personas de todas las edades y condiciones”.
El documento se emitió horas antes de que el Gobierno nacional dispusiera el envío masivo de telegramas de despido a contratados del Estado.
Los dolorosos números que expone detalladamente la Iglesia
El escrito señala que “la pérdida de puestos de trabajo es un dato doloroso. Las cámaras empresariales de la construcción declararon el estado de emergencia, advirtiendo sobre el futuro inmediato de 1.400 empresas y 200.000 empleos”.
Y continúa: “A la fecha, ya se han perdido en el sector unos 60.000 puestos de trabajo directos. En el comercio, las ventas minoristas pyme cayeron 28,5% anual en enero. A su vez, el Índice de producción industrial Pyme registró en enero una caída en promedio de 30% interanual. El sector automotor se paralizó, con suspensiones totales de plantas automotrices, como la VW de Pacheco y más de 20.000 despidos en pymes autopartistas”.
“La persistente inflación y los incrementos de precios y tarifas han creado una combinación devastadora para la vida cotidiana de los argentinos. El salario real promedio registrado perdió el 21,3% de su capacidad de compra entre noviembre 2023 y enero de este año, continuando su caída hasta el presente. Si bien ya había una situación inflacionaria, la devaluación del 100% de diciembre implicó un aumento significativo en los precios, con una recesión también extraordinaria por su velocidad y profundidad”, agrega el comunicado.
Además, y de manera contundente, Iglesia se expresó sobre la situación de los jubilados: “Nos preocupa que el shock de ajuste haya recaído sobre la cuenta de Jubilaciones y Pensiones contributivas (a valores reales: -38,1% interanual) que, por su magnitud, explica un tercio del recorte, registrándose una gravísima disminución de los ingresos de jubilaciones y de prestaciones de salud y de discapacidad”.
El escrito remarca que “mientras los beneficios fiscales a favor de las grandes empresas siguen sin tocarse, se exhibe la disminución del déficit mediante el ajuste a trabajadores y los jubilados”.
Contra los “haters”
En el documento se toca un tema muy importante y es el de los haters libertarios: “Se advierte un clima de altísima fractura social, la polarización con reiteradas expresiones de ‘alegría’ en las redes sociales frente a dramáticas situaciones de despidos, con una agresividad social que encuentra en los dispositivos móviles y ordenadores un espacio de ampliación sin igual. Aparece un enorme grado de insensibilidad social por parte de las autoridades en las medidas de ajuste, aunque más gravemente preocupa la cultura del odio y del individualismo extremo generado”.
Por último, la Iglesia también se expresa sobre llamado “pacto de mayo”, y dice que el trámite del acuerdo “queda subordinado a la sanción previa de ciertas normativas por parte del Congreso”.
“Entendemos que todo camino de diálogo es constructivo pero implica siempre el consenso y la sana deliberación entre sus protagonistas, entre los cuales deben estar todos los actores políticos, gremiales, económicos y sociales. Reiteramos que es urgente devolver a la política, su carácter de una de las ‘formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común’”.