Este jueves volvió a suceder. Apenas se conoce el dato oficial del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que suministra una vez por mes el INDEC, una multitud de personas percibe que el valor oficial es muy poco representativo de su experiencia directa.
“Pero si de súper este mes gasté mucho más dinero y no traje ni la mitad de la mercadería” podría ser una frase tipo.

Esto se debe a que el IPC mide las variaciones promedio de los precios de un conjunto de bienes y servicios representativos del promedio de todos los hogares. En verdad, sería extraño que coincidiera con el consumo de un hogar en particular.

El IPC se mide con una metodología muy especial, rígida para asegurar confiabilidad, sobre una canasta de consumos que pretende reflejar a una familia “promedio”: dos adultos y dos niños, de edades preestablecidas.
Si el grupo familiar es, por ejemplo, una pareja de personas mayores, la incidencia del rubro “Salud”, sin duda será mayor que la promedio.

Por otra parte, dependiendo de los ingresos del grupo familiar, varía el peso relativo de los componentes de la canasta promedio. Las familias de mayores ingresos seguramente tendrán un gasto mayor en “Recreación y Cultura” y en los grupos de menores ingresos una buena parte del gasto será en el rubro “alimentos y bebidas no alcohólicas”.

Además, el IPC es una ponderación del promedio anual del gasto del grupo y hay ciertos gastos que tienen fluctuaciones estacionales fuertes (energía por ejemplo) y otras que son de componente anual único (ciertos impuestos) o incluso plurianual, como es el caso de las familias que alquilan y tienen el gasto de renovación de contrato una vez cada dos o tres años.

Nueva herramienta

Junto con la revelación del IPC de Noviembre, el INDEC resolvió ofrecer una herramienta que salven la brecha por la cual el IPC “no refleja los aumentos de precios de mis consumos”.

Se ha puesto a disposición del público una herramienta interactiva que permite explorar cuánto aumentaron los bienes y servicios para una persona o grupo en particular, en base al relevamiento de precios del INDEC.

Esta calculadora debería permitir tener una aproximación más certera de la composición de una canasta de consumo individual con relación a la del total de los hogares que promedia el IPC.

Cómo usarla

El uso es sencillo, pero exige una revisión general del gasto mensual (y mejor todavía el gasto mensual promediado del gasto anual) según las divisiones previstas en el relevamiento del INDEC.

Lo primero que debe hacerse, es ingresar a la web en dónde encontraremos la nueva calculadora.

Solo hay que tener agrupados los gastos del hogar en función de las categorías que mide el INDEC
Solo hay que tener agrupados los gastos del hogar en función de las categorías que mide el INDEC
Imagen: Captura

Con ese dato, se debe completar cuánto se gastó en cada división de la canasta durante el último mes y se obtiene como resultado cuál fue la variación de precios de tus consumos. O sea, un Índice de Precios de mi Casa, una forma particular del IPC.

Dos Ejemplos Aleatorios

En la redacción de Cba24n intentamos un par de cálculos de grupos familiares con diferencias clásicas, para verificar el comportamiento de la Calculadora IPC.

La primera persona es una adulta en edad jubilatoria, que vive sola y no paga alquiler.

La inflación en tu casa: el INDEC lanzó una calculadora personalizada

El resultado allí, es que la inflación para esta persona resultó del 2,9% en función de su canasta de gastos, contra 2,4% que es el resultado general del IPC. La diferencia es del orden del 20% y, en la práctica, algunos meses la desviación respecto al índice general puede ser muy superior.

El segundo ejemplo es una persona adulta, que alquila y que, comparte con una ex pareja el cuidado de dos menores de edad.

La inflación en tu casa: el INDEC lanzó una calculadora personalizada

En este caso, la desviación es aún mayor: el IPC personalizado da un 3.2%, casi un tercio superior al valor oficial y vuelve a observase que, algunos meses, la desviación general se hace importante.

En cualquier caso, las dos personas que fueron voluntarias en este “experimento” coincidían en que su “sensación bolsillo” indicaba una inflación más importante.