McLaren Artura GT4: El nuevo GT de carreras está listo
El sucesor del ya veterano 570S GT4 se estreno en Goodwood, y la base elegida es el nuevo super deportivo híbrido de McLaren.
2022 está siendo el año en el que muchas marcas van a renovar sus GT de competición más populares. Ahora le toca el turno a McLaren que también va a utilizar su nuevo superdeportivo V6 híbrido como nuevo escaparate en el mundo de la competición.
Al ser un GT4 aparentemente los cambios a nivel de chasis serán los justos y necesarios para adaptarse a la normativa, pero lo cierto es que hay más de lo que pueda parecer. Respecto al Artura de calle se han recortado 129 kg, y lo que es aún más interesante 99 kg respecto a su predecesor el 570S GT4, pero también se ha ensanchado la vía delantera, se ha mejorado el sistema de frenos, la amortiguación y también el consumo o los sistemas de ayuda a la conducción y telemetrías.
Pero la gran novedad llega en la parte del motor. Y es que como ocurre con el también futuro 296 GT3, la parte eléctrica que forma el sistema híbrido enchufable del Artura se quedará en casa para convertirlo en un vehículo 100% de combustión que cumpla con el reglamento de GT4, eso sí, manteniendo el V6 de 3.0 litros biturbo gasolina de 120 grados con 557 CV y 584 Nm del modelo de calle, aunque puede que con alguna limitación de potencia adicional.
"El Artura GT4 es el segundo auto de competición que fabricamos desde cero en la división Motorsport de McLaren. Basado en el revolucionario Artura, representa un gran paso adelante desde el 570S GT4, que ya era un exitoso modelo con grandes logros en los equipos de nuestros clientes. Con menor peso, un manejo más preciso y gran durabilidad -más las ventajas en tamaño y accesibilidad para el nuevo V6- el Artura GT4 marcará nuevos estándares en la categoría, así como lo hemos visto en nuestro extenso programa de pruebas y desarrollo" cuenta Ian Morgan, el director del área deportiva de McLaren Automotive.
Los posibles compradores deben saber que va a costar la friolera de 235.000 euros, es decir, unos 11.700 euros más que el supercoche homologado para la calle.