“Los chicos dan señales, lo que pasa es que los adultos estamos híper ocupados en otras cosas”
La psicopedagoga Liliana González se refirió a los abusos sexuales y puso el foco en el fracaso de la familia y de la escuela que no están atendiendo las señales que los niños y niñas dan y no son tenidas en cuenta.
A raíz del presunto abuso de un niños en una escuela de Villa Allende, la docente y psicopedagoga Liliana González se refirió a la relación entre la comunidad educativa y los padres y madres de los estudiantes, y sostuvo que en estos días hay un divorcio entre ambas partes.
“La verdad que hace rato que viene mal (…) Lo que existe sobre todo es un 'síndrome de Poncio Pilatos': ‘mando los chicos a la escuela y me lavo las manos, le pido todo a la escuela -lo que yo no estoy pudiendo hacer en casa-, la escuela es la culpable de todo’ . Del lado de la escuela colapsada, por niños y adolescentes que no son lo que escuela está acostumbrada a recibir" , reflexionó la profesional en diálogo con Radio Universidad.
En esa línea, contó que hay maestras del ciclo inicial que están renunciando porque “no están pudiendo con los chicos de 3, 4 y 5 años y eso habla de un fracaso educativo, de un fracaso de la familia, del que nadie habla. Todo el mundo habla del fracaso escolar, pero no se habla del fracaso de la familia en los cinco primeros años de vida que son justamente los fundantes, donde todo se construye”, agregó.
Al respecto, González señaló que “venimos acostumbrados a escuchar que los docentes que se van de la facultad renuncian porque no consiguen que los alumnos los miren, que están todos con el celular y y vos decían ‘bueno, secundario universidad’, pero que los chiquitos de 3 entran casi salvaje al aula algunos de ellos, es para preocuparse, es para para ver, para para repensar qué está haciendo la familia y qué está haciendo la escuela con esto”.
“Educar es un trabajo entre todos. Lo que pasa en familia -si yo no puedo poner límites en mi casa- en el aula se multiplica por 30. Entonces los mismos temas que aparecen en la familia aparecen en el aula multiplicados, así que esto es un trabajo entre todos la familia tiene que educar para que la escuela pueda enseñar”, sostuvo la psicopedagoga.
Niños mirando cosas de adultos sin ser controlados
Respecto al presunto abuso sexual de un niño en una escuela de Villa Allende, González indicó que algo falla, porque la sexualidad infantil no es genital, “entonces ahí hay niños de 10 años que están viviendo como adultos, que están viendo cosas de adultos, que tienen acceso a internet de cosas de adultos, porque eso no sale de la cabeza un niño”, remarcó.
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En esa línea, la psicopedagoga indicó que hay que poner el foco ahí: “qué nos está pasando que estamos dedicando que los chicos de 10 años vivan como adultos hagan cosas de adultos, de dónde lo venden dónde lo sacan? De dónde lo aprenden? Creo que este caso nos tiene que servir para esto”, dijo González.
Y agregó: “Es como que estamos estamos tan inmaduros, la sociedad tan compleja,inmadura y hasta enferma que necesitamos controles en todos lados (…)Hay que contratar a alguien que les enseñe a jugar porque no están sabiendo jugar por eso todas las escenas de bullying aparecen en el recreo, los chicos han dejado de saber jugar con otros sin lastimarse, y un control en los baños: tiene que haber alguien que controle la entrada y salida, conservando la intimidad y todo lo demás porque ese puede ser otro problema, poner un adulto en un baño”, aconsejó González.
“No me gusta el sistema carcelario, no deberíamos necesitar cámaras, pero bueno, esto se nos está yendo de las manos y a mí lo que más me duele de todo es que la escuela deje de ser un continente seguro. Eso no nos pasaba antes. Las cosas pasaban fuera de la escuela”, sostuvo.
Además, la profesional indicó que, en el caso de Villa Allende, a los tres presuntos abusadores es a quienes primero hay que atender “porque están muy enfermos”, porque ese tipo de acciones “no entra dentro de la estructura de lo que es un niño”.
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Por otro lado, González hizo énfasis en lo que ha provocado el uso masivo de los teléfonos celulares y los perjuicios que ocasiona: “hemos dejado de hablar, hemos dejado de mirarnos. Entonces cuando vos no mirás y no hablás con tus hijos, no sabés qué hijo estás construyendo. Porque esos padres se tienen que dar cuenta que esos hijos están adelantados y precoces en la sexualidad y que es un peligro. Es multicausal. Por eso a mí me duele que se diga 'echemos a la directora, echemos a estos tres chicos. No se trata de echar, se trata de trabajar”, sostuvo la profesional. “Nadie está exento de que esto le pase”.
“Esto es un fracaso del amor”, señaló la psicopedagoga, sumando que “somos amor y odio y somos capaces de dar vida de matar y que somos capaces todos de acariciar o de golpear. Entonces para que triunfe el golpe triunfe, el abuso triunfe todo esto, es porque está fracasando el amor. Y el amor no es una cosa que se predica (…) El amor es estar cuando hay que estar”, subrayó.
Y en esa línea agregó: “no puede ser que uno no se dé cuenta que los chicos vienen mal de la escuela, no los miramos. O nos preocupa solamente matemática y lengua?. Los chicos dan señales de que la están pasando mal”, sostuvo. Y reiteró que “los chicos dan señales, lo que pasa es que los adultos estamos hiperocupados en otras cosas”.
La importancia de reforzar la autoestima
En otro párrafo de la entrevista, González señaló la importancia que tiene la autoestima en general, pero en particular en los niños, niñas y adolescentes, que están formando su personalidad.
“La baja autoestima responde a la falta de amor, a la falta de encuentro, a no haber encontrado el lugar (..) La autoestima son inyecciones de amor. Nadie tiene autoestima, amor propio, sino fue amado. Es en los ojos de los padres, en la alegría de los padres cada vez que aprenden algo, es donde los chicos se sienten valiosos. Si no los miramos, estamos mirando el celu en vez de mirar sus logros sus aprendizajes, aplaudirlos para que vaya generando esa autoestima”, no la tienen.
“Siempre siempre hay un talento para descubrir a los chicos y ese es el eje de la autoestima. En algún lugar tienen que ser aplaudidos y mirados como valiosos. Si no, rodearse de fracaso porque te va mal de matemáticas lengua y ciencias, de dónde sacas la autoestima? Si llegás a tu casa y te retan, te amenazan…La autoestima es una construcción, hay que encontrar el lugar donde tu hijo brilla y hay que sostenerlo”, concluyó González.
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