Amenazas, poder y negocios: la cocina de las internas en las barras bravas de Córdoba
Un año y medio sin público en las canchas reactivó viejos rencores y nuevos liderazgos. "Quedan cuatro partidos más de Belgrano como local y el Loco se va”, afirman en Alberdi. En Talleres también se enviaron mensajes mafiosos a fines del año pasado.
Las barrabravas son un grupo de gente que se mueve por un interés común. Son hinchas de un equipo. Pero también son un negocio. Y también son, muchas veces, violentos. Y casi siempre son los depositarios de todos los prejuicios de la sociedad respecto del fútbol. “A falta de carteles criminales que hay en otras latitudes, acá supimos configurar a las barras en nuestras mafias vernáculas”, dice un profundo conocedor de la dinámica de las hinchadas que prefiere hablar en off como casi todos los consultados.
La reciente difusión de audios amenazantes hacia el Loco Tito y la respuesta del líder de Los Piratas generó revuelo mediático y allanamientos por una investigación de oficio. Pero el audio es viejo (aseguran que es del año pasado) y la disputa también. Allegados a la barra afirman que Cristian “Coquito” Torres es el hombre de acción de Lucas Pavón, que aspira a conducir la barra y que las amenazas son varias y ya tienen bastante tiempo.
Es que la dinámica de Los Piratas viene estancada desde hace mucho: Roberto “El Loco Tito” Ponce manda desde mediados de los años 70 y amaga con ceder el liderazgo pero nunca termina de hacerlo. “Lo que pasó es una cuestión de orgullo. El Loco quiere que la conducción de la barra sea de otros pero que le reconozcan un sitial de privilegio, seguir arbitrando las disputas”, asegura un integrante.
El fiscal Guillermo González actuó de oficio y ordenó varios allanamientos. Más de 150 policías ingresaron a varios domicilios de la capital y Villa Allende y se llevaron teléfonos móviles y computadores. El funcionario aún aguarda el resultado de las pericias de esos equipos.
Para los barras el gran despliegue policial fue un llamado de atención que supieron leer a tiempo: el Estado no está pintado, sigue de cerca el tema y va a actuar. El viernes 1 de octubre los hinchas volvieron al estadio Julio César Villagra y en la popular hubo una tregua. Estuvieron todas las facciones y se cumplió la premisa que sostienen desde hace varios años: paz en la tribuna y negocios afuera de la cancha. “Quedan cuatro partidos más de Belgrano como local y el Loco se va”, afirman en Alberdi.
Si bien la justicia no imputó a nadie por las amenazas, para los conocedores de la interna pirata eso fue un alivio. “Hubiera sido un perejil de un lado y un jefe del otro” dicen y eso le hubiera allanado el camino al liderazgo a Pavón porque el Loco Tito no podría haber ingresado a la cancha. Con ambos en la tribuna que da a la calle La Tablada se conserva un cierto equilibrio.
Pero algunos creen que la pelea responde a un disgusto del Loco Tito por la cercanía de Lucas Pavón y Germán “Gitano” Minuet con barras de Talleres. Pavón trabaja en la mutual Amsurbac, vinculada al gremio de los recolectores y ahí trabó amistad con Walter “Toro” Aguilera, líder de La Fiel y custodio frecuente de Mauricio Saillén, el dirigente sindical de los recolectores y barrenderos de Córdoba.
Sin embargo, allegados a ambos aseguran que se conocen de la calle donde trabaron amistad mucho antes de ascender en la estructura de las barras. Aguilera fue escalando posiciones a medida que Carlos Pacheco y Darío Cáceres sumaban problemas judiciales, aunque sin romper la lealtad que lo une con Cáceres.
Este esquema responde a un modelo que los barras cordobeses reproducen desde hace bastante tiempo: mantener las tribunas tranquilas para asegurar otros negocios en la calle. Desde que La Fiel se impuso en su disputa con Las Violetas han tratado de sostener esa premisa que acordaron con los dirigentes. Los clásicos rivales han buscado evadir los enfrentamientos y alguna vez, hace ya unos años, se sentaron en el tercer piso de la Jefatura de Policía antes de un clásico para sellar un pacto público de no agresión durante un clásico que se disputó en esos días. Ese encuentro fue abierto a la prensa.
Por eso no sorprende que los fluidos contactos de los hinchas de una y otra barra se mantengan y reproduzcan en el tiempo. La sociedad de conveniencia consiste en asegurar gobernabilidad a los dirigentes y a las autoridades de seguridad les evita los costos políticos que siempre se cobra la violencia en los estadios de fútbol.
Gente pesada
Durante la pandemia el ambiente se sacudió con dos videos estremecedores: en uno se veían las torturas al “Toro” Aguilera en un módulo de Bouwer donde lo obligan a mandarle un mensaje a Cristian “El Rengo” Piscitello, segundo de la barra y quién supuestamente se habría quedado con una parte de un botín millonario que debía repartir.
La respuesta no se hizo esperar y a los pocos días un sujeto encapuchado, vistiendo un chaleco antibalas de la Policía y rodeado de otros secuaces armados grabaron la respuesta: “Te metiste con la familia, ahora atenete a las consecuencias. Es el momento de nosotros ahora. Esto es serio, para vos y para todos los que estuvieron prendidos con vos: están todos identificados, sabemos quién es cada uno, cada casa, cada barrio y cada lugar. Atenete a las consecuencias, no sos delincuente vos. ¿Mafia?, la mafia te corta el cogote, te corta la cabeza. Esto es una banda. Te vamos a asesinar hijo de puta”.
Al final del video todos descargan las armas para demostrar que tienen municiones de sobra para cumplir sus amenazas. El hecho motivó varios allanamientos para dar con los autores de la amenaza, pero desde entonces El Rengo Piscitello -que se cree sería el autor del video y las amenazas- sigue sin ser localizado por la justicia.
Fuentes cercanas a la investigación destacan las diferencias entre lo que pasa en las barras de Talleres y los de Belgrano. Entre los celestes hay una sucesión en marcha que puede encauzarse pero en la otra hay negocios delictivos de gran magnitud vinculados a robos millonarios.
Darío Cáceres es uno de los líderes de La Fiel y varias entradas a Bouwer complicaron su panorama en los últimos años. La disputa con Carlos Pacheco y su hermano por el control de la barra le permitió aprovechar las detenciones de sus rivales para posicionarse. También la condena de Sergio “Tomatón” Busso -otro de los líderes de la tribuna Willington- le allanó el camino al poder.
Cuando La Fiel vuelva a ocupar la tribuna norte del Kempes el lunes a las 21:15 en el partido entre Talleres y Atlético Tucumán podrá confirmarse si los liderazgos de la barra se mantienen como hace un año y medio atrás o si se modificaron por los largos meses de veda por la pandemia.
A esta tensión también la siguen de cerca desde el ministerio de Seguridad con el Cosedepro a la cabeza. Una herramienta que disponen es Tribuna Segura, un registro de personas impedidas de entrar a espectáculos deportivos que sirvió a dirigentes o autoridades judiciales para excluir de las canchas a los violentos. Pero los largos meses de la pandemia hicieron caer todas las exclusiones. Y aunque las disputas y amenazas en Los Piratas y en La Fiel han estado a la orden del día hasta ahora ningún barra de Talleres o Belgrano tiene prohibido el ingreso a los estadios.
Según datos del Cosedepro en el 2021 solo cinco personas fueron agregadas al registro y todas por pedidos de dirigentes de clubes de la Liga Cordobesa de Fútbol que viene registrando un lento pero progresivo avance de la “barrabravización” de sus hinchadas. Pero eso es otra historia e involucra a varios de los principales sindicatos de Córdoba.