Crimen en Laboulaye: se realizó una audiencia entre el tribunal y el chico que confesó del crimen
Del encuentro, desarrollado por videoconferencia, también participó la defensora pública que lo representará durante el proceso penal juvenil. Las pistas claves y las falsas del caso que conmocionó al país.
El juez Sebastián Moro, titular del Juzgado de Control, Faltas, Niñez, Juventud, Penal Juvenil, Violencia Familiar y de Género de Laboulaye, junto con su equipo de colaboradores, tomó contacto este martes con el adolescente involucrado con el crimen de Joaquín Sperani (14).
El niño, quien confesó ser el autor del crimen que conmueve a todo el país, permanece alojado para su resguardo en el Centro de Admisión y Diagnostico (CAD), que depende del Complejo Esperanza, en la ciudad de Córdoba.
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Del encuentro, desarrollado por videoconferencia, también participó la defensora pública Mariana Ferreyra, quien explicó al adolescente sus derechos y le manifestó que será su “representante complementaria” en el proceso penal juvenil.
Durante la audiencia el tribunal también constató en qué situación se encontraba en niño y en nivel de avance de los estudios que están llevando a cabo en el CAD.
Por otra parte, el juzgado confirmó que, en los próximos días, la directora de Asistencia a la Víctima del Delito, Alicia Salusso, y la secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia, Georgina Tavella, se trasladarán a Laboulaye para trazar un plan de trabajo con la familia de la víctima, a fin de acompañarlos en esta traumática experiencia que les toca vivir.
Las pistas claves y las falsas del terrible homicidio de Joaquín
De acuerdo a la grabación de una cámara de seguridad que aportó un vecino de la familia Sperani, Joaquín salió de su casa en bicicleta a las 14.57. Llegó al colegio, dejó la bici y charló en la puerta con un amigo, quien lo habría convencido de no ir a clases, se fue con él -engañado- a la casa donde finalmente fue asesinado.
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Tras ser denunciada su desaparición, en la noche del jueves 29, la policía comenzó la investigación desde el punto “cero”: la puerta del colegio, de acuerdo a lo publicado por Puntal.
Uno de los elementos clave en la investigación es la imagen tomada por otra cámara, en cercanías de la escuela, que minutos después de las 15 del jueves muestra a Joaquín sonriente caminando con su compañero, el niño que confesó haberlo matado.
Llama la atención que mientras Joaquín llevaba su mochila de colegio, su amigo L. la habría dejado en la escuela, donde regresaría minutos después, pero solo. Según habrían declarado docentes y compañeros, el chico al volver no tendría manchas de sangre u otro elemento que lo comprometiera.
El teléfono celular
Según la investigación del homicidio, en el camino de regreso a la escuela -luego de haber terminado con la vida de Joaquín, según confesó- a L. se le cayó un celular. El supuesto victimario dijo que era de su padre, pero fue su progenitor desconoció la procedencia. Al ser indagado, finalmente el en chico admitió que el teléfono era de Joaquín.
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Con este dato la policía se comunicó con Martín Sperani, el papá de la víctima, y le consultó sobre el teléfono. El hombre respondió que tenía características particulares: había sido de él y luego pasó a Joaquín, tenía rota la pantalla o vidrio, y un patrón (o clave) para destrabarlo.
Luego de desbloquearlo con dicha clave, el móvil se habilitó inmediatamente. “Es el teléfono de mi hijo, porque antes fue mío y estaban los contactos de mis patrones”, comentó Martín Sperani a los medios.
No obstante, aparato ya habría sido alterado, porque su carcaza no era la misma. Estaba pintada.
Las pistas falsas
Antes de reconocer que había asesinado a su amigo, L. dio varias pistas falsas a la policía: dijo que Joaquín se había ido con una chica hacia otro sector de la ciudad.
En medio de los rastrillajes, hubo un vecino que declaró haberlo visto a la víctima caminando hacia otra zona de Laboulaye.
Tras la marcha pidiendo la aparición de Joaquín llevada a cabo el sábado pasado, la policía admitía que no tenía pruebas contundentes y que las únicas que poseía eran aportadas por el nene que resultaría principal sospechoso. Durante más de 48 horas adolescente de 13 años dio distintas versiones falsas que dilataron la investigación.
En tanto, la mamá del niño asesinado, Mariela Flores, planteó sus dudas respecto de la actuación de la policía. Y no desestima que haya habido más personas involucradas en el ataque a golpes a su hijo.
El hallazgo del cuerpo
Pasaron casi 3 días hasta que el cuerpo de Joaquín fue encontrado sin vida dentro de la casa abandonada a 100 metros del colegio. La bicicleta del chico quedó en la escuela y fue vista el mismo viernes por una familiar que pasó por el lugar.
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Quien descubrió el horror dentro de la vivienda fue una prima de la víctima, que estaba repartiendo volantes y fue alertada por un vecino para que revisen dentro de la casa abandonada.
La policía había hecho rastrillajes en esa manzana, solo observando desde fuera y sobre los techos de las viviendas, según dijeron vecinos a Puntal.
El chico que hasta ese momento era el que aportaba las pistas falsas a la policía, terminó confesando ser el autor del crimen en la comisaría y -según trascendió- pared de por medio de donde estaban los papás de Joaquín esperando novedades.