El dirigente radical Ricardo Alfonsín, hijo del expresidente de la Nación Raúl Alfonsín, llegó el miércoles a Córdoba para visitar localidades del interior y participar de una inauguración, invitado por el Municipio de Cintra.

De camino a Villa María, tuvo la gentileza de pasar por nuestros estudios para una entrevista en Otra Vuelta de Tuerca, el periodístico de la tarde conducido por Dante Leguizamón. El tema excluyente, la actualidad política nacional.

Antes de comenzar el ida y vuelta el dirigente radical expresó su pena y solidaridad por los incendios que azotan por estos días a nuestra provincia, y expresó su deseo de “que dios, los gobiernos, el gobierno nacional, ayuden y que los bomberos y todo lo necesario se ordene para que se solucione la situación lo más pronto posible".

Viejos conocidos

“No lo veo a Milei desde que empezó a aparecer en TV, allá por 2012 o 2013” arrancó contando. “Éramos amigos, nos tratábamos con afecto; claro, no conocía ciertos aspectos de su personalidad, no sabía que practicaba box con un muñeco de mi padre: Yo no necesito odiar para hacer política, este hombre parece que sí”.

A la hora de explicar responsabilidades por el surgimiento del “fenómeno Milei”, Alfonsín advierte que no es una singularidad argentina: “en todo el mundo emergen liderazgos como los de Milei. En España, Francia, España, Italia, Alemania, Países Bajos, Finlandia, Hungría, en todos las naciones de la Unión Europea están emergiendo fuerzas de ultra derecha, xenófobas, racistas”.

Y para caracterizar estas fuerzas, señala que lo más significativo es “ el escaso compromiso con la democracia y con los valores republicanos fundamentales”.

El fenómeno se concreta por varias razones pero la más importante “es la hegemonía neoliberal que ha construido una subjetividad muy egoísta, muy indiferente, muy materialista, muy individualista, propia del sálvese quien pueda” agrega. 

Pero agrega que esta hegemonía se refuerza por las consecuencias económicas y sociales de las políticas neoliberales, como el deterioro de los servicios, deterioro del bienestar en general, la reducción de los salarios y el miedo al futuro.

Con este escenario, “a quién le van a echar la culpa los sectores populares, cuando durante años no ocurre otras cosa que pérdidas de derechos: a los gobiernos”.

Estado y Poder

“Los estados han perdido poder para gobernar la sociedad. Los gobiernos no tienen el poder que la sociedad necesita que tengan para atender las necesidades sociales, sobre todo para los sectores populares” señala para reflejar la problemática de los gobiernos actuales.

Al analizar esta dinámica, agrega que “las grandes corporaciones no necesitan protección del estado, es el estado el que debe protegerse de las grandes corporaciones. Es el estado el que esté sometido a presiones que los desestabilicen o los hagan fracasar una gestión, a veces sin que la sociedad se de cuenta”.

Campaña y Realidad

Ciertos paradigmas parecen haberse instalado en el discurso político. Al analizar las promesas de Milei y la necesidad de superávit fiscal, Alfonsín señala: “Era necesario hacer un ajuste, había que ordenar las cuentas públicas, esto no es de derecha ni de izquierda, es como la ley de gravedad”.

Pero agrega que hay diferentes modos de hacer cerrar los números de los presupuestos públicos: “Vos podes hacer el ajuste cargando todo el peso sobre los que menos tienen o cargando la mayor parte del esfuerzo sobre los que tienen”.

Cuestiona que lo prometido no es lo que ocurre: “Milei no dijo que iba a hacer lo que está haciendo; lo ocultó; dijo que el ajuste lo iban a pagar los que mejor estaban. Y los que lo están pagando son los que menos tienen, los que ya no pueden esforzarse más, los laburantes, la clase media, los que van a la universidades privadas, a la salud pública”

A futuro

Para evaluar el curso de acción política, advierte: “No estamos de acuerdo con lo que hace Milei y será muy malo para ciertos sectores de la sociedad y hay que hacer un gran esfuerzo para generar conciencia y frenarlos. Hay que evitar caer en la tentación de sintonizar con las encuestas, que son la negación de la política”.

Y por primera vez apela al ex presidente: “Mi viejo decía, hay que seguir ideas, no hombres. Hoy diría, hay que seguir ideas, no encuestas; ideas, no cargos. Es más, mi viejo dijo, si la sociedad se derechiza, hay que prepararse para perder elecciones. Parece que algunos entendieron esta sugerencia como si hubiera dicho, 'si la sociedad se derechiza prepárense para derechizarse porque no hay que perder elecciones`”.