Sanadores egipcios: desde la cárcel, una imputada acusa al líder de esclavizarla
Se trata de Carolina Altamirano, quien está detenida en la cárcel de Villa Dolores desde hace un año sin poder tener contacto normal con sus hijos. Espera respuesta a un pedido de cese de la prisión preventiva.
La causa de los "sanadores egipcios" es investigada por la justicia desde hace casi un año, cuando se ordenó la detención de 8 personas acusadas de asociación ilícita, estafas reiteradas y ejercicio ilegal de la psicología en el marco de una investigación generada en denuncias realizadas por damnificados.
Luego, otras tres personas fueron detenidas, con lo cual totalizan once los privados de la libertad en el marco de la causa. Según la acusación, los detenidos liderados por Alvaro Aparicio Díaz, ofrecían terapias de sanación "Seshen", por las que se cobraba dinero en sus diferentes etapas conformada por talleres, consultas y viajes.
En el programa "Alta Mañana" por radio Universidad y por primera vez, una de las detenidas en la cárcel de Villa Dolores, formuló declaraciones en las que se despega de la situación, acusando al líder de la organización Aparicio Díaz de haberla cooptado psicológicamente, como a otros miembros. Se trata de Carolina Altamirano, estudiante avanzada de Psicología, que tiene dos hijos de 13 y de 9 años, con los cuales ha tenido un contacto casi nulo desde hace un año, en el que la justicia le dictó la prisión preventiva al igual que a los otros imputados.
Altamirano, está detenida desde el 24 de marzo de 2021, aunque a la espera de una respuesta de la justicia sobre un nuevo pedido de cese de la prisión preventiva, que debe resolver la Cámara de Cruz del Eje. La mujer contó que en 2016 comenzó a concurrir a sesiones de una terapia alternativa que se llamaba "Seshen" a través de la meditación, que tenía varios niveles hasta llegar a "la maestría".
Sostiene que en un primer momento la relación aparecía como "académica", pero que producto de su situación personal, luego de "una crisis familiar" comenzó a hacer terapia con Aparicio Díaz, a mediados de 2017, momento en el que realizó un viaje "de estudios a Egipto" con el líder, por el cual debió abonar "2 mil dólares".
En ese momento, Altamirano contó que el líder de la secta le prometió que estaría "protegida" ante la situación de crisis familiar, pero que para ello tenía que pagar "cuatro mil pesos por persona" de su grupo familiar integrado por 4 miembros. Por otra parte, recordó que la organización funcionaba dictando cursos en hoteles cinco estrellas de la ciudad de Córdoba, al que asistían numerosas personas interesadas en las terapias
Según expresó Altamirano, cuando llegó la pandemia, a principios de 2020, Aparicio Díaz "comenzó a alertarnos" sobre la grave situación que se avecinaba, ya que se "atribuía poderes de vidente", y a advertirnos que "se venía el fin del mundo" . Con esa excusa, nos "plantea irnos a vivir con él a un campo de su propiedad en San Lorenzo" cerca de Mina Clavero y que "debíamos dejar" nuestras vivienda, trabajo y familia" para "salvarnos del fin del mundo".
Si bien mucha gente se sumó a la propuesta, Carolina no aceptó vivir ahí, pero estaba todo el día a su disposición. Cuenta que la relación comenzó a ser la del líder de una secta y sus súbditos. "Se hacía atender como un Dios, los obligaba a restaurar el predio, construir y mantener una granja" y muchas otras cosas. Esto duró hasta que los detuvieron.
Luego de una sentencia en relación a la tenencia de su primer hijo fruto del primer matrimonio de Altamirano, que la justicia decidió otorgar a su padre, y al compartir el fallo con Díaz Aparicio y su esposa, comenzó a sufrir una serie de agresiones, ya que lo había mencionado en el expediente.
En ese momento, la detenida e imputada afirma que debió someterse a un régimen de "esclavitud" en la propiedad de Aparicio Díaz, quien decidió quitarle todos los "títulos obtenidos" en el marco del "aprendizaje" de la terapia alternativa. Altamirano dijo que recién luego de la detención, comenzó a darse cuenta de la situación en la que estaba inmersa producto de su desesperación en el marco de una situación familiar compleja.
Más adelante, sostiene que es una víctima más y no parte de una asociación ilícita por la cual está detenida e imputada y graficó el hecho en el dinero que gastó durante los cuatro años de relación en el marco de los talleres, charlas y seminarios de aprendizaje. "Sólo en clases, medio millón de pesos y en protecciones y trabajos de sanación a distancia, por la desesperación que tenía por recuperar la salud de mi hijo, una cifra mucho más grande, deben ser como un millón y medio de pesos", expresó Altamirano.
En relación a una de las imputaciones que pesan en su contra "por ejercicio ilegal de la profesión" de Psicología, Altamirano señaló que le faltaban dos materias para recibirse de Psicóloga y que en virtud de conocer que presentarse como terapeuta de terapias alternativas no reconocidas por el Colegio era un delito, decidió abandonar la carrera.
En ese sentido, reconoció que atendía en su consultorio "con terapias alternativas" aunque siempre aclaraba que no ejercía la profesión, sino que practicaba el método "Seshen". Además, sostuvo que debió firmar "un acuerdo de confidencialidad en el que decía que no estábamos habilitados a usar otras técnicas" que no fuera las que les enseñaba Aparicio Díaz.