Era un 0-0 clavadoNo porque hubieran hecho un mal partido. De hecho, todo lo contrario. Iban 91 minutos y los goles no habían llegado a la cancha de Huracán. El local había tenido las más claras en Candia, pero el delantero falló un cabezazo estando solito y perdió un mano a mano ante la salida de Macagno. 

Todo en el primer tiempo. Del otro lado, en la visita, el eterno Éver Banega había sacado dos tremendos remates de media distancia que pegaron en el travesaño.