Las calles de Auckland / Tāmaki Makaurau (nombre en maorí), la ciudad más grande de Nueva Zelanda, están tuneadas con motivos mundialistas. Banderitas con los colores naranja, celeste, rosa, con inscripciones "Beyond Greatness" y "United in Auckland", banderines de los países participantes, cartelería de los partidos que se van a jugar en la ciudad y de la mascota oficial (la pingüina Tazuni), publicidades en las paradas de los buses y en edificios céntricos, el fútbol femenino pasó a dominar los paisajes urbanos.

En uno de estos carteles se puede ver el anuncio del partido debut de Argentina contra Italia, programado para el lunes 24 de julio en el Eden Park, con la foto de Estefanía Banini en acción frente a la número 10 y capitana italiana Cristiana Girelli.

El Mundial 2023, en la novena edición, sin dudas será histórico porque se jugará por primera vez en Oceanía, donde dos países como Australia y Nueva Zelanda compartirán la sede, con la participación de 32 seleccionados -ocho más que en Francia 2019- y con premios económicos inéditos para las mujeres en el fútbol.

Los premios a repartir alcanzan 152 millones de dólares, lo que triplica la inversión de la edición de Francia 2019 y es 10 veces más que en Canadá 2015. En esta gran apuesta, la FIFA decidió -además- que los premios no vayan solamente a las Federaciones y Asociaciones sino que las 736 futbolistas que integran las 32 selecciones reciban un premio individual de 30.000 dólares sólo por competir en la fase de grupos. 

A medida que vayan avanzando de ronda, el premio irá aumentando.Esta novena edición promete ser más inclusiva y reconocer las historias y culturas únicas de los pueblos de las Primeras Naciones en Australia y de los maoríes en Aotearoa Nueva Zelanda. 

En el marco de la campaña "El fútbol une al mundo", en todos los partidos se difundirán mensajes relacionados con la inclusión, los derechos de pueblos indígenas, la igualdad de género, la paz, la educación para todos, la erradicación del hambre, la lucha contra la violencia de género y la pasión por el fútbol.Con miles de millones viendo el partido y la ceremonia de estreno por televisión al rededor del planeta, la Copa del Mundo Femenina de Australia y Nueva Zelanda ofrecerá un encuentro inaugural atractivo.

Aunque en Francia 2019 se quedó en los cuartos de final, Noruega es uno de los grandes del fútbol femenino y uno de los pocos que consiguió ganar los Juegos Olímpicos (2000), la Eurocopa (87 y 93) y el Mundial (1995).El seleccionado de Nueva Zelanda, por su parte, aún no pudo alcanzar los octavos de final en las cinco ediciones en las que participó de la Copa Mundial pero jugar ante su gente es un incentivo mayúsculo.

Las Ferns, lideradas por Erin Nayler y Ali Riley (jugadora del Angel City de los Estados Unidos), quieren aprovechar la localía y arrancar bien en un grupo que completan Suiza y Filipinas y en el que esperan clasificarse a los octavos de final al menos como mejor segundo detrás de Noruega.

Para quienes se hayan quedado sin entradas para el inicio del Mundial, la FIFA organizará un Fan Festival (en Auckland y en cada una de las nueve ciudades sede del torneo los días de partido) con pantalla gigante, música, comida y entretenimiento para toda la familia. El lugar elegido en Auckland es The Cloud (89 Quay Street, Auckland CBD).

Este jueves 20 de julio también harán su presentación Las Matildas, tal el apodo del seleccionado femenino de Australia. 

Las semifinalistas en los últimos Juegos Olímpicos, en Tokio 2020, debutarán contra Irlanda tres horas más tarde que Nueva Zelanda (a las 7 hora argentina) por el Grupo B.La delantera Sam Kerr, del Chelsea de Inglaterra, es su capitana y goleadora histórica y promete ser una de las figuras de este Mundial. En el último encuentro del primer día de competencia, a las 23.30 de la Argentina, Canadá (vigente campeón olímpico) enfrentará a Nigeria en otro juego por el grupo de Australia.