Vuelco, explosión y milagro para el cordobés Franco Angaramo en Viedma
"Cuando vi el auto no lo podía creer. Si me quedaba cinco segundos más me moría", se sinceró el piloto cordobés de apenas 16 años
El piloto Franco Angaramo salvó este sábado su vida de milagro luego de protagonizar un espectacular vuelco con su auto en una nueva fecha de la Copa Abarth, categoría telonera del Turismo Nacional, que se disputó en el autódromo de Viedma.
Angaramo, un joven cordobés de apenas 16 años, fue rescatado por dos auxiliares y segundos, después de dejar algo mareado el habitáculo del coche N°22, se produjo una explosión por la pérdida de nafta que seguramente pudo cobrarse su vida y la de ambos rescatistas.
“Quiero agradecerle a los banderilleros. Cuando vi el auto no lo podía creer, porque si me quedaba cinco segundos más me moría”, se sinceró, ya en boxes, el piloto que increíblemente resultó ileso. Con algunos magullones en su rostro, Angaramo intentó llevar tranquilidad a su familia: “No es nada mayor, quema la piel pero estoy bien”.
Enseguida, el piloto trató de explicar cómo fue que terminó dando varios vuelcos con su auto. "Tomé la curva uno como en la clasificación, pero por el viento y el barro que había, la pista me tiró hacia afuera y me patinó el auto. Saqué el pie del acelerador, pero al final me encontré con un talud de tierra arada que me hizo volcar", detalló.
Y después relató cómo fueron esos segundos en los que quedó atrapado en el auto. "Me quedé sin aire. Primero intenté respirar y enseguida corté la corriente. Traté de salir como pude. Por suerte, la jaula funcionó bien y amortiguó todo el golpe, pero aún así los rescatistas me terminaron ayudando para salir", reconstruyó.
Y siguió: "Pese a que lo primero que hice fue cortar la corriente, no sé por qué se terminó prendiendo fuego. Tal vez por el calor residual del motor o por otra cosa. Desde el techo empezó a caer nafta en mi espalda. Prácticamente estaba bañado en nafta. Cuando me sacaron, salí corriendo porque cualquier chispazo arrancaba el fuego". Y eso fue lo que pasó. Se salvó, literalmente, de milagro.