Bob Dylan y los Stones, juntos
Ocurrió una sola vez y el autor de este texto fue testigo. El poeta más notable de la historia del rock compartió unos minutos sobre un escenario con la banda más grande del mundo. Fue en Buenos Aires un sábado de abril de 1998
Me han preguntado algunas veces:
-¿Qué artista elegís entre los miles que has escuchado?
Yo respondo sin dudar:
-Bob Dylan.
Tengo más o menos más 400 discos suyos, en distintos formatos. Algunos en vinilo, otros en CD, la mayoría en carpetas digitales.
Tengo completas las temporadas que hizo en radio, como conductor, de su Theme Time Radio Hour. Tengo todas sus películas, claro. Tengo libros. El suyo, Chronicles, y muchos que sobre él se han escrito.
Y tuve la fortuna de verlo en vivo varias veces.
Lo vi, por ejemplo, la primera vez que bajó al sur americano, en agosto del 91.
Lo vi también aquella histórica noche en el estadio de River cuando compartió el escenario con los Rolling Stones. Dylan ya estaba con su Never Ending Tour y el empresario argentino Daniel Grinbank, siempre se lo agradeceremos, tuvo la idea de cruzarlo con los Rolling Stones, que estaban haciendo una gira mundial. Fue en abril de 1998.
Aquella primera vez en Obras, la entrada decía, abajo, Like A Rolling Stone, seguramente porque ésa era una de las canciones más conocidas de su extensísima obra. Nadie sabía que ésa sería justamente la llave para el formidable encuentro que tendría lugar aquí años más tarde.
El sábado 4 de abril del 98 actuó primero Dylan con su banda, que eran Bucky Baxter y Larry Campbell en guitarras, Tony Garnier en bajo y David Kemper en batería. Podría decirse, en honor al rigor periodístico, que fue el telonero de la noche.
Días después, sabiendo de mi gusto musical, una asistente al show tuvo la atención de mandarme una grabación tomada desde el público, en el campo, del comienzo de su show.
Después tocaron los Stones. Y en medio de su actuación, sucedió lo que nos habían comentado que sucedería: como la banda ya venía tocando en vivo una versión del tema de Dylan Like A Rolling Stone, que incluso habían grabado y publicado en su álbum Stripped, se reunieron el autor y los intérpretes. Ya era casi la medianoche de ese día.
A Dylan no se lo vio muy conectado con la situación, la verdad. Pero el empuje de la banda británica, sobre todo el de su guitarrista Keith Richards, pudo compensar la escasa disposición que exhibió el artista norteamericano.